Hoy lunes y mañana martes, el gabinete en pleno se reunirá en Bogotá para definir qué funcionarios renunciarán para ser precandidatos presidenciales y a Congreso.
Comenzó el año preelectoral. Ya no solo es la frase “ojo con el 26” que se repite en los pasillos del poder sino “ojo con el 25”, pues es decisivo. El presidente Gustavo Petro anunció que se reunirá con su gabinete este 13 y 14 de enero para definir la hoja de ruta de los últimos 19 meses de su administración. Pero más que eso, en concreto, se decidirá quiénes van a ser precandidatos presidenciales y quiénes se quedan para integrar las listas a Cámara y Senado del Pacto Histórico.
Se conoció con fuentes en Presidencia que el encuentro anunciado por el mandatario ya no será en Paipa (Boyacá) o Cartagena, como inicialmente se había previsto, sino en Bogotá.
Las modificaciones responden a dos factores principales: las aspiraciones de algunos funcionarios que el Presidente considera que tienen posibilidades de competir y el desgaste o inconformidad que afecta a otros. Entre los posibles movimientos figuran ministros, directores de departamentos y embajadores.
Este año marca el comienzo del llamado ‘partidor’ presidencial, un periodo clave en el que se empezará a consolidar el grupo de candidatos para las elecciones de 2026. En este contexto, se prevé que varios integrantes del Gobierno presenten su renuncia en las próximas semanas, cumpliendo con la exigencia legal de dejar sus cargos en el Ejecutivo al menos un año antes de los comicios, si planean postularse.
¿Cuáles ministros saldrían?
Uno de los cambios más probables es el del canciller Luis Gilberto Murillo, cuyas aspiraciones presidenciales son evidentes. Murillo, quien fue candidato en las pasadas elecciones y luego fórmula vicepresidencial de Sergio Fajardo, ha tenido claros distanciamientos con Petro, especialmente en lo referido a Venezuela. “Hubo una reunión hace una semana en la que (Laura) Sarabia y Murillo le pidieron al Presidente que se pronunciara rápidamente sobre la situación de los excesos cometidos por Maduro”, le dijo a este diario una fuente enterada.
La postura de Murillo frente al régimen de Nicolás Maduro ha sido notablemente más firme que la del Presidente, lo que ha marcado diferencias significativas. Sin embargo, sería una baja importante para el gobierno de Petro, considerando que se trata de uno de los ministros con mayor aprobación, según varias encuestas recientes.
En el remezón también se incluiría a Gustavo Bolívar, cuya eventual salida de la dirección del Departamento de Prosperidad Social (DPS) ha sido interpretada como una estrategia política del petrismo para posicionarlo como el candidato con mayores posibilidades de dar continuidad al gobierno de izquierda. Así lo reflejan las encuestas de finales del año pasado que son, de todos modos, una fotografía prematura del escenario electoral. Algunos analistas aseguran que la elección de alguien como Bolívar, amigo cercano de Petro, responde a la necesidad de presentar un candidato “digerible”, gracias a su personalidad franca y accesible, que conecta fácilmente con la ciudadanía a través de las redes sociales.
Así mismo, en la puerta de salida también estaría la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, a quien sectores cercanos al Gobierno consideran una figura clave para continuar el legado de Petro por otros cuatro años. Algunos, incluso, la ven como la Claudia Sheinbaum del petrismo que podría recibir el poder como hizo la presidente mexicana de su antecesor Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, aunque es una funcionaria destacada, no tiene el suficiente reconocimiento e impacto mediático, a pesar de haber liderado la COP16, el evento de biodiversidad realizado en Cali hace pocos meses. Por eso, el escenario más probable, según fuentes, es que lidere la lista del Pacto Histórico al Senado que volvería a ser “cremallera” (hombre y mujer intercalados).
Otros leales al petrismo podrían estar considerando aspirar a cargos de elección popular, lo que implicaría renunciar a sus funciones y maquinarias políticas en sus carteras. Entre ellos se encuentra el actual ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, quien, no obstante, ha afirmado que por ahora no tiene planes de presentar su renuncia, pero suena para llegar al Congreso.
“Renuncio solo ante el Presidente, soy un leal servidor de esta causa, me declaro petrista ‘pura sangre’. El Presidente me puso una labor muy importante y aquí estaré hasta que él lo considere, espero que sea hasta el último día, es decir, el 6 de agosto de 2026”, dijo cuando fue indagado sobre su eventual salida del ministerio.
Al igual que Jaramillo, el ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, también dejaría su cargo. Se dice, además, que Camacho sería uno de los principales impulsores de la candidatura presidencial de la actual senadora María José Pizarro, con quien mantiene una relación cercana, pues fue su asesor durante su período como representante a la Cámara.
En cuanto a Laura Sarabia, considerada la persona más cercana al presidente Petro, bastante se ha hablado sobre su posible salida debido a desacuerdos con otros miembros del gabinete e incluso con el propio mandatario. Sin embargo, no está claro si Petro estaría dispuesto a prescindir de ella. Existe la posibilidad de que ella permanezca en el Gobierno llegando a la Cancillería, en caso de concretarse la salida de Murillo.
Y finalmente, Juan Fernando Cristo, ministro del Interior, que desde que llegó al gabinete a mediados del año pasado ya está pensando en ser candidato, según congresistas.
Los embajadores
Entre los embajadores cuya salida ya se anticipa se encuentra Roy Barreras, actual embajador en el Reino Unido, quien desempeñó un papel clave en la elección de Petro como Presidente y mantiene aspiraciones presidenciales de larga data. También figuran Camilo Romero, embajador en Argentina; León Fredy Muñoz, excongresista y dirigente muy cercano a Petro, quien ocupa el cargo de embajador en Nicaragua, y Guillermo Rivera, embajador en Brasil, menos cercano a Petro.
A diferencia de todos los nombres anteriores, hay precandidatos del petrismo que no deben renunciar a sus cargos porque son congresistas. Es el caso de la senadora María José Pizarro y Martha Peralta. Otros que están por fuera del Gobierno, como la exministra de Salud, Carolina Corcho, también quieren entrar a competir.
Difícilmente, según análisis y encuestas, el presidente Gustavo Petro podrá hacer elegir a un sucesor o sucesora de su línea política. Pero será clave en una eventual segunda vuelta.
FUENTE El Colombiano