El mensaje que la Consulta le envió a la clase dirigente.

Los pronósticos no eran halagüeños. Desde diferentes regiones reportaban una baja asistencia a los puestos de votación. No había transporte gratuito, ni almuerzos o impulsadores; y la mayoría de los políticos prefirieron pasar de bajo perfil, pero, al final, los resultados fueron una sorpresa electoral.

Que casi 11 millones 700 mil personas se hayan movilizado, de manera libre, a votar la Consulta Anticorrupción da cuenta de que así como con otras reivindicaciones y causas políticas, ya esta no tiene color partidista sino que es un propósito de Nación, pese a no haber logrado pasar el umbral.

Los que votaron poco o nada escucharon a los políticos de uno y otro espectro y tampoco tuvieron en cuenta si varias de las preguntas estaban regladas, caminando en el Congreso, o si eran antijurídicas o no resolvían el problema. Es simple: se pronunciaron contra un mal que carcome el erario, frustra e indigna.

Este mecanismo de participación solo sacó un millón de votos menos de los que obtuvo en octubre de 2016 el plebiscito, pese a que en esa campaña volcaron todos los partidos, el sector privado, las iglesias, las instituciones, las universidades y el Estado pleno.

¿Qué sigue ahora?

Hace dos semanas el gobierno de Iván Duque se estrenó con el primer paquete legislativo en el Congreso, y de los proyectos de ley y actos legislativos que presentó, cuatro recogen aspectos que estaban planteados en la Consulta.

Ahora le pisarán el acelerador a estas propuestas, para aprovechar la efervescencia creada en las urnas y el buen recibo de la causa en la opinión. Pero del otro lado, los partidos de oposición también harán lo propio. Previendo el resultado, desde la Alianza Verde tenían un Plan B: anunciaron su propio paquete de proyectos legislativos, que radicarán mañana, y que responden a esos mandatos.

Varios podrán reñir con los presentados por el Gobierno, pero por unidad de materia terminarán fusionados. Desde el Centro Democrático sus congresistas piden ahora que todos los sectores respalden la propuesta del presidente Duque, y desde la oposición piden al Jefe de Estado apoyar sus proyectos.

Ante los resultados, el presidente Iván Duque, en su primera alocución presidencial, afirmó que la democracia fue la protagonista y lamentó que los votos no hayan sido suficiente para alcanzar el umbral. Sin embargo, destacó la fortaleza del sistema democrático.

“Sin importar los resultados, quedó claro que Colombia no aguanta más corrupción. Estos 11 millones de colombianos que votamos, que salimos a las urnas, enviamos un sonoro mensaje de rechazo al permanente saqueo de los recursos públicos. Es el mismo rechazo que se expresó en las urnas el pasado 17 de junio”.

El mandatario aprovechó para pedirles a los congresistas de todos los partidos responder a este clamor ciudadano con la rápida aprobación del paquete legislativo que su Gobierno presentó contra la corrupción. (Ver recuadro).

La exsenadora de la Alianza Verde Claudia López, ideóloga y principal promotora de la Consulta, afirmó que se hizo historia, porque obtuvo no sólo la mayor votación de cualquier mecanismo de participación sino una mayor a la de cualquier Presidente en la historia de Colombia.

“Con el único incentivo de su conciencia la ciudadanía salió masivamente a votar. La votación le ordena al Congreso y al presidente autorreformarse, aprobar estos siete mandatos anticorrupción y recuperar los 50 billones de pesos que le están robando a los colombianos, en lugar de subir impuestos”.

Óscar Castelblanco, docente de Derecho de la U. Libre, dijo que ahora se deben usar mecanismos eficientes para atacar la corrupción y que para eso son claves la reforma política (listas cerradas y voto obligatorio), a la justicia (calidad de jueces), a la educación, acabar las contralorías departamentales y municipales y poner lupa a las CAR.

“Las promotoras tienen que dar la cara y reconocer que la gente se dio cuenta de que había preguntas antitécnicas e inviables y que se reconozca el fracaso de la misma”.

El centavo para el peso

La personalización que por momentos tuvo el debate sobre la Consulta entre la exsenadora López, el senador Gustavo Petro y el expresidente y senador Álvaro Uribe y varios de sus alfiles, alejó a quienes no querían más polarización.

Pese a que sus promotores dijeron que no se trataba de una revancha política, uno de ellos, el senador Jorge Robledo, del Polo Democrático, manifestó que “El Frente Nacional Duquista obtuvo una derrota”.

Para Jaime Duarte, docente de Gobierno de la U. Externado, no alcanzar la votación suficiente es una demostración de la indiferencia de mucha gente, pero que el mensaje es esperanzador. “Los promotores ayudaron a polarizar mucho y eso no le hizo bien al ejercicio, porque se volvió una cacería de brujas, que no unía si no que desunía”.

En contraposición Pedro Pemberthy, docente de Ciencia Política de la U. Nacional, dijo que fue un fracaso, porque pese a que eran preguntas “taquilleras”, no fueron capaces de motivar. “Les faltó pueblo. La idea era que saliera desde la sociedad civil, no que fuera una pelea entre los mismos”.

El resultado político
Miguel Silva, profesor del Instituto de Estudios Urbanos de la U. Nacional, dijo que fue un resultado histórico, sobretodo por las limitaciones de recursos. “Quedan mal las fuerzas que votaron aprobando la Consulta en el Congreso y luego la sabotearon convocando a la abstención”.

Según Pedro Piedrahíta, doctor en Derecho Internacional y profesor de Ciencia Política de la U. de Medellín, quedó abonado un capital político para un sector alternativo que propone una nueva forma de hacer política.

“Es un símbolo de rechazo, pero así mismo esto no va a resolver el problema de la corrupción. Por otro lado, queda el terreno listo para la candidatura de López en Bogotá y para muchos quemados de las pasadas elecciones que promovieron la consulta”.

A partir de mañana empieza una nueva competencia en el legislativo, porque quedó demostrado ayer que la bandera anticorrupción es popular y de muchos votos.

Habrá una hiperinflación de proyectos para combatir la corrupción, pero los intereses de cada colectividad podrían terminar truncando el mensaje que enviaron los votantes.

FUENTE EL COLOMBIANO