Más que enaltecer la decisión de cerca de 11 millones 700 mil ciudadanos que de manera autónoma rechazaron la corrupción, por encima de ideologías, políticos como Gustavo Petro, Jorge Robledo y Sergio Fajardo hablaron de ganadores y derrotados y de las elecciones de 2019.
Y si bien cuatro proyectos de ley y de acto legislativo recogen aspectos centrales de cuatro de las preguntas que tenía la Consulta Anticorrupción, que por poco alcanza el umbral, la exsenadora Claudia López, una de las promotoras, dijo que están incompletos y que la Alianza Verde presentará los proyectos.
El senador Petro dijo que las iniciativas del Gobierno no servían y casi al mismo tiempo voceros del Partido Liberal también anunciaron que presentarán sus propios paquetes legislativos anticorrupción. Cambio Radical anunció lo mismo, pero para reformar la Justicia y combatir la corrupción en ese sector.
Ante la competencia por abanderar la lucha anticorrupción que desató el resultado de la Consulta, el presidente Iván Duque convocó para mañana, en la Casa de Nariño, a promotores de la Consulta, a los presidentes de Cámara y Senado y a los presidentes de los partidos y sus voceros para “analizar juntos lo que viene en la agenda legislativa para enfrentar a los corruptos con toda la determinación”.
¿Tienen dueño los votos?
Los guarismos de la Consulta no responden a la lógica de uribismo, antiuribismo, derecha o izquierda. En Antioquia, por ejemplo, pese a que es un territorio dominado en lo político por el expresidente Álvaro Uribe, votaron 1,3 millones de personas, potencial que supera los 731 mil votos de Fajardo en primera vuelta, más los de Petro, que fueron 238 mil.
Incluso, de los nueve municipios que en el departamento superaron el umbral, siete están ubicados en el Oriente, territorio donde el uribismo ganó en Congreso y en las presidenciales.
Por eso, según Felipe Botero, doctor en Filosofía Política de la U. de Arizona y docente de la U. de los Andes, los promotores pueden sentirse satisfechos, pero no asumir que esos votos les pertenecen. Agregó que es impensable que alguien plantee estar de acuerdo con la corrupción, lo cual se evidencia en el hecho de que ninguna pregunta obtuvo menos del 99% de votos favorables. “La gente que votó lo hizo con la convicción de que la corrupción es un problema serio que requiere medidas inmediatas”.
Para Pedro Jurado, director de Ciencia Política de la U. de Medellín, si bien los partidos promotores fueron el Polo, la Alianza Verde y el movimiento Colombia Humana, en atención a un tema tan sensible y complejo, se hace difícil que un solo partido o figura pueda sacar todos los beneficios de la consulta
“El escenario ahora es entonces otro porque hay un sentir general de los ciudadanos que hay que recoger teniendo en cuenta lo que se viene: para los partidos, las elecciones regionales y para el gobierno la popularidad para liderar las reformas que intenta sacar adelante”.
Al respecto Carlos Arias, docente de la Maestría en Comunicación Política de la U. Externado, afirmó que la anticorrupción no solo es una moda, es la forma cómo los colombianos han perdido 9 billones de pesos que habrían sido invertidos en mejorar la calidad de vida de todos.
“Quizá por esa razón y a partir de la importantísima votación que obtuvo la consulta, y que muy pocos esperaban, es que tendremos una avalancha de políticos anticorrupción en las elecciones 2019 y 2022”.
El riesgo para la agenda
Si los partidos políticos de oposición, los independientes y los gobiernistas no logran conciliar las iniciativas y todos terminan presentando su propia agenda para capitalizarlo luego electoralmente, se corre el riesgo de que la discusión termine en una pugna y no resuelta la demanda ciudadana.
Según Botero, viene una avalancha “pequeña” de proyectos anticorrupción y mucho político se subirá en ese bus. No obstante, es probable que muchos de los proyectos se queden por el camino, pues el proceso legislativo es lento.
“Un proyecto se demora unos dos años en hacer curso. En 2020 ya ni nos acordaremos de la Consulta y todo seguirá igual”, precisó.
El profesor Arias sostuvo que en vista de que la camiseta anticorrupción hoy tiene más valoración que la 10 de Messi, todos partidos se presentarán como precursores y líderes, “pero la apuesta será, realmente, cómo se haga robusto un paquete legislativo. Es la única forma de que los partidos y candidatos quieran utilizar la anticorrupción como bandera electoral”.
Si en el Congreso todos los partidos hacen un pacto contra la corrupción, rodeado por el Gobierno nacional, se podría avanzar en dos años lo que no se hizo en los últimos 20. La grandeza de los dirigentes está a prueba, porque a luz de los votos del domingo, más que quién lo hace, la gente quiere que se haga.
FUENTE EL COLOMBIANO