MADURO Y SUS TRES ALIADOS ESTRATÉGICOS

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, está en un periodo de fortalecer sus alianzas internacionales previo a la posesión para un nuevo periodo en el Palacio de Miraflores, en enero de 2019.

En septiembre visitó China, donde el gobierno de Xi Jinping prometió 5 mil millones de dólares para combatir la crisis. A comienzos de esta semana, el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan visitó Venezuela y prometió “cubrir la mayoría de las necesidades del país”, con inversiones en energía, minería, turismo, agricultura, transporte, salud, educación y seguridad. Y hoy, Maduro se encontrará con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en Moscú, para fortalecer las relaciones diplomáticas.

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Entonces, mientras los gobiernos de la región intentan acorralar el régimen, la Organización de Estados Americanos o Estados Unidos ejercen presión y algunos miembros de la Unión Europea condenan su gobierno, Maduro demuestra que sí tiene relaciones diplomáticas, pero con aquellos países que están por fuera de la esfera occidental. Pero no son nuevas alianzas. Desde la época de Hugo Chávez el país empezó a tener relaciones extracontinentales, especialmente con China e Irán.

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Luis Almagro

@Almagro_OEA2015

A este grupo se sumó Rusia y, ante el debilitamiento de sus alianzas con los iraníes, llegó Turquía. Es tan fuerte el vínculo que para Pedro Piedrahita, docente de Ciencia Política de la Universidad de Medellín, “Nicolás Maduro no va a caer porque Iván Duque, Donald Trump o la derecha de América Latina así lo quieran. Su caída o no depende exclusivamente de lo que decidan los gobiernos de Rusia y de China. Venezuela es un aliado estratégico fundamental”.

Venezuela y sus relaciones

Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, comenta que, a diferencia de lo que se suele creer, el gobierno de Maduro no está acorralado ya que cuenta con relaciones que le permiten construir alianzas. “Tiene una amplia y fluida relación con estos países que está fundamentada en los recursos naturales de Venezuela, pero también en una situación geoestratégica que venía trabajando la revolución bolivariana desde el 2001”. No se trata, entonces, de que el régimen busque salidas a la presión de la región, sino que desde la llegada del Chavismo comenzó a construir una agenda por fuera de los límites del continente.

Y con cada uno de estos países hay un plan particular. China tiene interés comercial en la región, incluso recientemente su presidente estuvo en Panamá. Por su parte, Turquía es una potencia emergente en Medio Oriente rumbo a abarcar nuevos espacios. Rusia, desde 2009, le apuesta a convertirse en una potencia global con un elemento particular en el caso venezolano: entró en el territorio que antes era jurisdicción de los norteamericanos.

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Recep Tayyip Erdogan aseguró que su país seguirá siendo la voz de los oprimidos.

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“No vamos a repetir la Guerra Fría, pero lo que hace Rusia es meterse en el patio de atrás de Estados Unidos, ocupar territorios que habían estado bajo el dominio de otras potencias”, afirma Geraldine Bustos, politóloga y profesora de la Universidad de la Sabana”. Entonces, la situación de Venezuela se ha convertido en la puerta de entrada de potencias internacionales a la región, en una relación que beneficia al gobierno venezolano a corto plazo al recibir el dinero que necesitan para solventar la crisis.

En este momento salimos rumbo a la Federación de Rusia para fortalecer y ampliar nuestras relaciones diplomáticas y los lazos de amistad entre países hermanos.

Y esa serie de aliados de Maduro alcanzan a blindar al régimen porque, tal como lo explica Ronal Rodríguez, “tener una relación fluida con estas potencias disminuye las posibilidades de una intervención extranjera”. Es por todo esto que el presidente venezolano, dictador para algunos, está viviendo días claves para fortalecer su gobierno a pesar del rechazo de una parte del mundo

FUENTE EL COLOMBIANO