La disputa diplomática por la situación en Venezuela pasó de los puentes fronterizos con Colombia, en los que el sábado hubo una batalla campal por el intento de ingreso de ayuda humanitaria, a los salones diplomáticos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en Washington.
Ayer, ese frustrado ingreso de alimentos y medicinas, promovido por el presidente interino, el opositor Juan Guaidó, y calificado como una agresión por el gobierno de Nicolás Maduro, fue el punto central de la reunión extraordinaria de este órgano multilateral, convocada por EE. UU.
En la sesión quedaron sentadas las tres posturas que se vienen dibujando en esta coyuntura: la de los aliados de Maduro, entre ellos Rusia, China y Bolivia; la que promueve por un diálogo entre la oposición y el chavismo, encabezada por México y Uruguay; y la que rechaza las conversaciones e insiste en el cerco diplomático, promovida por Estados Unidos y Colombia.
Bloqueo mutuo
“Pregunten a Jorge Ramos de Univisión sobre el valor del diálogo con Nicolás Maduro”, afirmó ayer durante la sesión Elliott Abrams, encargado del gobierno estadounidense para el tema de Venezuela. Se refería a la detención el lunes del periodista mexicano y su equipo durante dos horas en el palacio de Miraflores, en Caracas.
Abrams insistió en la necesidad de cercar diplomáticamente al gobierno chavista e instó a Naciones Unidas a no otorgar ayuda humanitaria a los venezolanos a través del oficialismo –como hizo en noviembre del año pasado–.
Además, anunció la intención de Estados Unidos de votar esta semana una resolución en el Consejo de Seguridad que permita entrar la ayuda humanitaria a Venezuela.
El gobierno de Maduro, a través de su representante ante Naciones Unidas, Jorge Arreaza, afirmó que la presión que encabeza Donald Trump responde a intereses de política interna, “a su necesidad de ganar los votos del estado de la Florida”.
Arreaza también presentó su propia propuesta: una resolución que descarte la posibilidad de una intervención militar en ese país, pues hasta el momento Washington ha insistido en que “todas las opciones están sobre la mesa”.
Para los analistas, la aprobación de cualquiera de estas resoluciones es poco probable. Como explica Rafael Piñeros, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Externado, las decisiones en este organismo se toman a través de la votación unánime en el Consejo de Seguridad, del que tanto Rusia y China como EE. UU. son miembros permanentes.
Por lo tanto, los dos primeros, aliados de Maduro, podrían vetar las proposiciones de EE. UU. y viceversa. Para Piñeros, el resultado de esta movida de Estados Unidos sería, a lo sumo, llevar la presión contra el régimen de Maduro a una escala más allá de la regional. En el campo de las decisiones, sin embargo, la ONU parece ser un escenario de suma cero, en el que las potencias aliadas y adversas al chavismo se bloquean mutuamente.
FUENTE EL COLOMBIANO