MADURO, ¿DE MIRAFLORES A LA CÁRCEL?

Para algunos, ante la crisis actual en Venezuela, Nicolás Maduro solo tiene dos opciones de residencia: el palacio presidencial de Miraflores o una celda en una cárcel incierta. Si deja el poder, como lo exige la oposición liderada por Juan Guaidó con el respaldo de cerca de 50 países, entre ellos Estados Unidos y Colombia, el sucesor de Hugo Chávez se vería frente a un juicio por crímenes contra la humanidad.

Así lo aseguran los Estados miembros del Grupo de Lima y los abogados del Bloque Constitucional de Venezuela, los cuales solicitaron esta semana a la Corte Penal Internacional (CPI) abrir una investigación por este tipo de delitos.

De ser admitida, un cambio de gobierno no sería suficiente para cerrar la disputa en Venezuela. El punto final solo podría ponerlo el máximo tribunal internacional, al responder si el bloqueo de ayuda humanitaria el pasado 23 de febrero, la represión a las protestas de 2014 y 2017, entre otros hechos, fueron ordenados desde el poder chavista y, por lo tanto, constituyen una ofensa que el mundo no puede permitirse perdonar.

Un delito contra todos

Como explica Fernando Fernández, penalista y expresidente del Comité de Amnistía Internacional en Venezuela, el mensaje tras la creación de los delitos de lesa humanidad en 1945 es que hay ciertos crímenes que, por su gravedad, “nos ofenden a todos, aunque no sean cometidos contra todos”.

Los primeros condenados bajo este concepto fueron los dirigentes Nazis que participaron en la Segunda Guerra Mundial. El exterminio de 6 millones de judíos por parte del régimen alemán puso a la humanidad ante un horror al que la palabra “homicidio” se le quedaba corta y debió recurrir a la creación de nuevas formas de nombrar el delito.

El Acuerdo de Londres de 1945, que estableció los juicios de Núremberg en la posguerra, definió que eran delitos contra la humanidad “el asesinato, exterminio, esclavitud y cualquier otro acto inhumano contra la población civil o persecución por motivos religiosos, raciales o políticos (…)”.

Su principal característica, hasta hoy, es que a diferencia de otros crímenes estos no caducan. Los responsables, en teoría, deberán ser juzgados incluso décadas después de haber cometido los actos y nadie tiene la autoridad para otorgar un perdón.

Sin embargo, como señalan Juana Acosta y Ana María Idarraga, expertas en Derecho Internacional e investigadoras de la Universidad de La Sabana, “a pesar de la antigüedad de los crímenes de lesa humanidad, los mandatarios de los países no han sido sus principales juzgados”.

Desde el principio, la historia probó que la existencia de esta herramienta jurídica no sería una garantía absoluta de justicia. El principal procesado en Núremberg, Hermann Göring, comandante de la Fuerza Aérea alemana, se quitó la vida en su celda la noche anterior a su ejecución en la horca.

En adelante, el mundo reaccionaría a las violaciones de Derechos Humanos en Ruanda y en las guerras de disolución de Yugoslavia con tribunales internacionales que, a diferencia de los de la Segunda Guerra Mundial, no solo juzgarían a los perdedores del conflicto.

Pero a la vez que se sofisticaron los procedimientos para juzgar, probar la culpabilidad se hizo más difícil. Gonzalo de Cesare, quien como uno de los fiscales del Tribunal para la Ex Yugoslavia llevó el caso del máximo responsable, el presidente de Serbia Slobodan Milošević, cuenta que al momento de comenzar en 2001, el juicio se encontró ante millones de páginas de evidencia.

“Estaba siendo procesado como el máximo responsable de guerras en tres países, Serbia, Kosovo y Croacia y decidió ejercer él mismo su defensa, por lo que había que darle años para que estudiara los documentos”, dice De Cesare. Literalmente, Milošević murió leyendo el recuento de sus culpas antes de llegar a ser condenado por ellas.

El hilo transparente

El último paso en la evolución del juzgamiento de crímenes de lesa humanidad fue la creación, a través del Estatuto de Roma, de la Corte Penal Internacional, en ejercicio desde 2002. Esta juzga exclusivamente a individuos, no a Estados, y tiene competencia en los 123 países miembros, entre los que está Venezuela.

Sin embargo, ningún jefe de Estado ha sido condenado y el único acusado, el mandatario sudanés Omar al-Barish, sigue sin juicio, prófugo de la justicia internacional al usar el país del que sigue siendo presidente como escondite.

Por sí mismos, con el Estatuto de Roma como base, los Estados sí han adelantado procesos contra sus propios dirigentes, con un éxito limitado. Es el caso de Perú, donde condenaron a Alberto Fujimori.

En Guatemala, por ejemplo, la condena contra Efraín Ríos Montt en 2013 por el exterminio del pueblo Ixil durante la lucha contrainsurgente de los 80, fue reversada por el Tribunal Constitucional de ese país, que pidió que reiniciara el proceso por un error de procedimiento.

Para entonces Montt, envejecido como Milošević, comenzó a sufrir de demencia senil, como explica el penalista guatemalteco Ricardo Henríquez, no pudo ser juzgado al ser incapaz de sentir vergüenza por los actos cometidos.

“No cualquier crimen, por más abominable que sea, es un crimen de lesa humanidad”, apunta Maria Ixchel Benítez, becaria del instituto de investigaciones jurídicas de la Universidad Autónoma de México.

La consciencia es una condición tan importante como la gravedad para considerar a un crimen como de lesa humanidad. Solo se castiga con esa dureza cuando los homicidios o las torturas no responden a un arrebato, sino al plan de una autoridad legal o ilegal.

Esa conexión entre el hecho y su maquinador está en disputa en cada caso por lesa humanidad. También en Venezuela, donde desde 2018 la fiscal de la Corte Penal Internacional Fatou Bensouda, adelanta una indagación preliminar (ver informe) para determinar si abre un proceso.

Para penalistas venezolanos como Fernando Fernández, aunque está por probarse, “se observan visos claros” de la violación de varios puntos del artículo 7 del Estatuto de Roma, como el que se refiere a actos inhumanos, con la represión a las protestas en 2014 y 2017, y el que señala el crimen de exterminio, en el cual habría incurrido Maduro al bloquear la ayuda humanitaria.

Al no tener Venezuela los delitos contra la humanidad en su código penal, le corresponde a la CPI rastrear si existe ese hilo, siempre transparente, que vincularía estos crímenes con un plan del oficialismo. Con órdenes que, como señala De Cesare, nunca son explícitas, pues en ninguno de los millones de folios de la ex Yugoslavia o en los documentos de Núremberg se daba la instrucción de masacrar o torturar.

Se trata de una comprobación ardua, más para la CPI, que en sus 17 años de existencia ha cerrado 4 procesos, 3 de ellos con absoluciones. Esos tiempos, los de la justicia, pocas veces coinciden con los de la historia; ya sea porque el acusado no vive lo suficiente para responder por sus actos o por el riesgo siempre presente de que, como sucedió con Muamar Gadafi en Libia, la condena llegue sin procesos ni instancias, en la forma de una turba encolerizada.

FUENTE EL COLOMBIANO

PAÍSES EUROPEOS RECONOCEN A JUAN GUAIDÓ TRAS EXPIRAR PLAZO A MADURO

España, Francia, Alemania, Portugal, Reino Unido y otros países europeos se sumaron este lunes al reconocimiento internacional al opositor Juan Guaidó como “presidente encargado” de Venezuela, tras expirar un ultimátum a Nicolás Maduro quien se negó a convocar nuevas elecciones presidenciales.

“El gobierno de España anuncia que reconoce oficialmente al presidente de la Asamblea de Venezuela, el señor Guaidó, como presidente encargado de Venezuela”, anunció el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, quien pidió organizar elecciones “en el menor plazo de tiempo posible”.

Inmediatamente después, Reino Unido, Francia, Austria, Suecia y Dinamarca también reconocieron a Guaidó, quien ya contaba con el respaldo de Estados Unidos, Canadá y una docena de países latinoamericanos del Grupo de Lima.

Alemania también reconoció a Guaidó según anunció una portavoz del Gobierno de Angela Merkel en una comparecencia ante la prensa.

El Gobierno alemán aprobó una declaración en la que lamenta que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, “no haya respondido al requerimiento de la Unión Europea de preparar elecciones presidenciales libres y justas”.

“Para Alemania, el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, de acuerdo con la Constitución venezolana, es el legítimo presidente interino”, reconocido “con el fin de que pueda convocar elecciones presidenciales justas y democráticas”.

Berlín mostró su “preocupación” por el pueblo de Venezuela, “que sufre una dramática situación de desabastecimiento y también en el ámbito de la asistencia sanitaria. Por lo tanto hemos insistido en pedir, como también la UE, el acceso sin restricciones de la ayuda humanitaria internacional, hasta ahora sin éxito”.

Luego el Gobierno de Portugal también reconoció a Guaidó como “presidente encargado”. La posición portuguesa fue avanzada por un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, cuyo titular, Augusto Santos Silva, se pronunciará sobre el asunto en una comparecencia a la prensa programada para el mediodía.

El Ejecutivo luso comunica la decisión después de que los Gobiernos de España, Francia, Austria, el Reino Unido y Alemania formalizaran hoy el reconocimiento de Guaidó para convocar elecciones presidenciales. EFE

Maduro desafiante

En una entrevista a la cadena española La Sexta divulgada el domingo, Maduro rehusó convocar elecciones afirmando: “No voy a dar el brazo a torcer por cobardía frente a las presiones”.

“Tratan de acorralarnos con ultimátums para obligarnos a ir a una situación extrema de enfrentamiento”, denunció Maduro en la entrevista grabada en Caracas en días anteriores.

Apoyo a Maduro

Rusia, uno de los principales apoyos del régimen de Maduro, condenó la “injerencia” europea. “Percibimos los intentos por legitimar la usurpación del poder como una injerencia directa e indirecta en los asuntos internos de Venezuela”, declaró a periodistas el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.

Guaidó se autoproclamó presidente interino el 23 de enero luego de que el Parlamento –de mayoría opositora– calificara a Maduro de “usurpador” por haber sido reelegido en unas elecciones cuestionadas dentro de Venezuela y por parte de la comunidad internacional.

España (con 165.000 de sus nacionales en Venezuela), Reino Unido, Francia, Alemania, Portugal y Holanda habían puesto el domingo como fecha límite para que Maduro convocara elecciones, o de lo contrario reconocerían a Guaidó, el jefe del Parlamento de 35 años.

FUENTE EL COLOMBIANO

EUROPA ALZA SU VOZ CONTRA MADURO, PERO NO DEMASIADO ALTO

Un exceso de diplomacia o una oportuna mesura al tono beligerante de los últimos días, son las dos interpretaciones que dividen a los expertos tras los pronunciamientos hechos ayer por la Unión Europea sobre la crisis en Venezuela.

Por una parte, el Parlamento Europeo –una de sus tres instituciones principales, la que representa directamente a los ciudadanos– reconoció al opositor Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela. Con 439 votos a favor y 104 en contra, la mayoría de los diputados consideraron, en la misma línea de los gobiernos de Estados Unidos y gran parte de América Latina, que la reelección de Nicolás Maduro en 2018 se dio en unos comicios ilegítimos.

La decisión, aunque con pocos efectos prácticos, como señala Rafael Piñeros, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Externado, representa un mensaje más directo del emitido horas después por la diplomacia oficial de la Unión Europea, encabezada por la italiana Federica Mogherini.

Tras una reunión ayer de los cancilleres de los 28 estados miembros fijaron un plazo de 90 días a Maduro para que convoque a elecciones presidenciales, pese a que esta semana el mandatario venezolano descartó esa posibilidad.

Además, la diplomacia europea anunció la creación de un Grupo de Contacto Internacional que se reuniría a partir de la próxima semana con líderes de los demás latinoamericanos para gestionar una convocatoria a elecciones.

Para expertos como César Niño, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Sergio Arboleda, aunque ambos pronunciamientos cierran el ya estrecho cerco internacional contra Maduro, son acordes a la línea moderada de Europa, la cual contrasta con el manejo que Estados Unidos ha dado a la crisis venezolana.

Tibieza o mesura

“¿Qué está esperando Europa?”, preguntó esta semana en el Parlamento Europeo el diputado español Esteban González Pons. Su postura refleja la distancia entre su institución, compuesta por legisladores de varios partidos pero que no representan directamente a sus Estados, y las posturas oficiales de la Unión Europea.

Para Javier Garay, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Externado, “esa ambigüedad es la razón por la cual los países europeos no pueden denominarse potencias globales”. Garay considera que Europa “es ingenua al creer que sus palabras van a cambiar el hecho de que en Venezuela no hay condiciones para un diálogo en este momento”.

En contraste, Piñeros considera que si bien a estas alturas “un reconocimiento más o un reconocimiento menos a Guaidó no cambia la situación”, Estados Unidos y América Latina han tomado posturas radicales.

A su juicio, varios políticos europeos aún son escépticos en torno a la idea de la rebelión militar que saque a Maduro del poder. Esto explicaría, por ejemplo, las abstenciones en el Parlamento de facciones como las de los eurodiputados italianos y dentro de los propios promotores; los liberales (alde), los conservadores británicos y los socialistas (S&D).

Mientras Europa duda, Estados Unidos sigue dejando caer mensajes de confrontación, como la nota de “5.000 soldados a Colombia” que apareció esta semana en la libreta del asesor de seguridad John Bolton. Aunque todos parecen de acuerdo en rechazar el régimen de Maduro, las visiones están encontradas: Europa insiste en “acompañar” a Venezuela en la transición; Estados Unidos y América parecen decididos a empujarla hacia ella.

FUENTE EL COLOMBIANO

GUARDIA VENEZOLANA DETIENE A DOS PERIODISTAS COLOMBIANOS EN CARACAS

El fotógrafo colombiano de la Agencia EFE Leonardo Muñoz, desaparecido desde la mañana de este miércoles en Caracas, está detenido por autoridades de Venezuela que también arrestaron a sus dos compañeros, uno español y una colombiana, que forman parte de un equipo que viajó desde Bogotá para cubrir la crisis de ese país.

Según periodistas de EFE en Caracas, miembros del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) se presentaron esta noche en la oficina de la Agencia donde arrestaron al español Gonzalo Domínguez Loeda y a la colombiana Maurén Barriga Vargas y dijeron que Muñoz fue detenido por la Dirección de Contrainteligencia Militar (DGCIM).

Los agentes de la Sebin ordenaron a Domínguez y a Barriga que los acompañaran al hotel donde se alojan en la capital venezolana para, según dijeron, recoger sus pertenencias y se los llevaron detenidos para interrogarlos.

La directora de EFE en Caracas, Nélida Fernández, siguió junto con un abogado a Domínguez y Barriga para tratar de aclarar la situación ante las autoridades venezolanas y obtener su liberación lo antes posible.

El equipo de EFE viajó el pasado 17 de enero a Caracas para ayudar en la cobertura de la crisis venezolana y al llegar al aeropuerto de Maiquetía se identificaron como periodistas, tras lo cual las autoridades de inteligencia, migración y aduanas les permitieron el ingreso sin restricciones tras someterlos a varios filtros de seguridad durante casi tres horas.

Sin embargo, esta mañana, cuando el fotógrafo Muñoz se dirigía a cubrir las manifestaciones contra el régimen de Nicolás Maduro en el barrio caraqueño de Petare, se perdió contacto con él y con el conductor que lo acompañaba, José Salas, de nacionalidad venezolana.

Por esa razón, el Gobierno de Colombia pidió este miércoles la “liberación inmediata” de Leonardo Muñoz, quien hasta hace poco se daba como desaparecido.

No solo hay colombianos

A los dos colombianos se suman dos periodistas franceses, Pierre Caillé y Baptiste des Monstiers, de Quotidien, un popular programa del canal televisivo TMC, que fueron detenidos el martes cuando grababan imágenes en los alrededores del palacio presidencial de Miraflores.

El ministerio español explicó que la embajada en Caracas “está haciendo todas las gestiones necesarias para lograr su liberación (del personal de la agencia EFE) a la mayor brevedad”, y añadió que “exige a las autoridades competentes su inmediata puesta en libertad”.

“El gobierno requiere nuevamente a las autoridades venezolanas al respeto del Estado de Derecho, los derechos humanos y las libertades fundamentales, de las que la libertad de prensa es un elemento central”, agregó.

También el martes fueron detenidos en las cercanías de Miraflores dos reporteros del canal público chileno TVN, Rodrigo Pérez y Gonzalo Barahona. Los dos fueron deportados por órdenes del gobierno de Nicolás Maduro después de 14 horas de detención, según indicó el canciller chileno, Roberto Ampuero.

“A pesar de los intentos desesperados y del apoyo irresponsable de los organismos que todavía sirven a Nicolás Maduro, no podrán evitar que el mundo sepa lo que ocurre en Venezuela”, escribió en Twitter Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional venezolana y autoproclamado presidente interino.

“Ésa es la naturaleza del régimen, le incomoda la opinión ajena”, afirmó en un encuentro con la prensa en Madrid el ex alcalde metropolitano de Caracas Antonio Ledezma, opositor a Maduro y exiliado desde hace más de un año en la capital española.

Lista de periodistas liberados y los que siguen retenidos por el régimen de Nicolás Maduro:

Venezolanos

Rolando Rodríguez (sigue detenido)

José Salas (conductor) (sigue detenido)

Maiker Yriarte (liberado)

Ana Rodríguez (liberada)

Chilenos

Gonzalo Barahona (expulsado)

Rodrigo Pérez (expulsado)

Franceses

Baptiste des Monstiers (sigue detenido)

Pierre Caillet (sigue detenido)

Español

Gonzalo Domínguez (sigue detenido)

Colombianos

Leonardo Muñoz (sigue detenido)

Maurén Barriga Vargas (sigue detenida)

FUENTE EL COLOMBIANO

DETENIDO Y LIBERADO OPOSITOR VENEZOLANO

El Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) detuvo ayer al presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, el opositor Juan Guaidó, en la autopista Caracas – La Guaira, aunque minutos después fue liberado.

El legislador se dirigía a un cabildo abierto convocado por la Cámara en el estado Vargas, cercano a Caracas, cuando el vehículo en el que se transportaba fue interceptado por agentes del Sebin.

“Alertamos al mundo y al país que un comando del Sebin interceptó al presidente de la Asamblea Nacional y desconocemos su paradero”, fue el mensaje publicado en la cuenta de Twitter de Guaidó.

Minutos más tarde, diputados y dirigentes de Voluntad Popular (VP), partido en el que milita Guaidó, informaron que el legislador había sido liberado y que envió un mensaje a quienes lo esperan en Vargas para que lo esperaran y no abandonaran el lugar.

Guaidó pidió el viernes anterior apoyo civil, militar y extranjero para asumir el mando del Gobierno en Venezuela en vista de la ilegitimidad que achaca la Cámara y buena parte de la comunidad internacional al jefe del Estado, Nicolás Maduro.

El mandatario juró el jueves su segundo mandato de seis años luego de haber obtenido la reelección en mayo pasado, en unos comicios señalados de fraudulentos y en los que no participó el grueso de la oposición.

La Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE) no reconocen como legítima la Administración de Maduro. Tampoco 13 países del Grupo de Lima, Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Panamá y Perú, entre otros.

La ministra venezolana de Servicios Penitenciarios, Iris Varela, advirtió esta semana a Guaidó que ya le había preparado una celda debido a su intención de provocar un cambio de gobierno en el país, algo que el chavismo ve como un plan golpista.

“Están desesperados”

Esas fueron las palabras del líder opositor horas después de ser liberado por el Sebin, ante cientos de personas en un cabildo abierto.

“Están desesperados en Miraflores (sede del Ejecutivo), no saben quién da la orden”.

El ministro venezolano de Comunicación, Jorge Rodríguez, informó que la detención a Guaidó fue un procedimiento irregular y unilateral, por el que habían destituido a los agentes y se había abierto una investigación para establecer responsabilidades.

Los agentes le dijeron a Guaidó que estaban cumpliendo una “orden” pero que “no sabían que estaban haciendo” según contó el propio diputado, quien además le dijo a periodistas que la versión oficial demuestra que Maduro “ya no controla las Fuerzas Armadas”.

Reiteró que la Cámara discutirá el martes un proyecto de decreto de amnistía para militares, a quienes la oposición les ha pedido apoyo para “restablecer la democracia”.

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MADURO Y SUS TRES ALIADOS ESTRATÉGICOS

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, está en un periodo de fortalecer sus alianzas internacionales previo a la posesión para un nuevo periodo en el Palacio de Miraflores, en enero de 2019.

En septiembre visitó China, donde el gobierno de Xi Jinping prometió 5 mil millones de dólares para combatir la crisis. A comienzos de esta semana, el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan visitó Venezuela y prometió “cubrir la mayoría de las necesidades del país”, con inversiones en energía, minería, turismo, agricultura, transporte, salud, educación y seguridad. Y hoy, Maduro se encontrará con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en Moscú, para fortalecer las relaciones diplomáticas.

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Entonces, mientras los gobiernos de la región intentan acorralar el régimen, la Organización de Estados Americanos o Estados Unidos ejercen presión y algunos miembros de la Unión Europea condenan su gobierno, Maduro demuestra que sí tiene relaciones diplomáticas, pero con aquellos países que están por fuera de la esfera occidental. Pero no son nuevas alianzas. Desde la época de Hugo Chávez el país empezó a tener relaciones extracontinentales, especialmente con China e Irán.

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Luis Almagro

@Almagro_OEA2015

A este grupo se sumó Rusia y, ante el debilitamiento de sus alianzas con los iraníes, llegó Turquía. Es tan fuerte el vínculo que para Pedro Piedrahita, docente de Ciencia Política de la Universidad de Medellín, “Nicolás Maduro no va a caer porque Iván Duque, Donald Trump o la derecha de América Latina así lo quieran. Su caída o no depende exclusivamente de lo que decidan los gobiernos de Rusia y de China. Venezuela es un aliado estratégico fundamental”.

Venezuela y sus relaciones

Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, comenta que, a diferencia de lo que se suele creer, el gobierno de Maduro no está acorralado ya que cuenta con relaciones que le permiten construir alianzas. “Tiene una amplia y fluida relación con estos países que está fundamentada en los recursos naturales de Venezuela, pero también en una situación geoestratégica que venía trabajando la revolución bolivariana desde el 2001”. No se trata, entonces, de que el régimen busque salidas a la presión de la región, sino que desde la llegada del Chavismo comenzó a construir una agenda por fuera de los límites del continente.

Y con cada uno de estos países hay un plan particular. China tiene interés comercial en la región, incluso recientemente su presidente estuvo en Panamá. Por su parte, Turquía es una potencia emergente en Medio Oriente rumbo a abarcar nuevos espacios. Rusia, desde 2009, le apuesta a convertirse en una potencia global con un elemento particular en el caso venezolano: entró en el territorio que antes era jurisdicción de los norteamericanos.

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Recep Tayyip Erdogan aseguró que su país seguirá siendo la voz de los oprimidos.

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“No vamos a repetir la Guerra Fría, pero lo que hace Rusia es meterse en el patio de atrás de Estados Unidos, ocupar territorios que habían estado bajo el dominio de otras potencias”, afirma Geraldine Bustos, politóloga y profesora de la Universidad de la Sabana”. Entonces, la situación de Venezuela se ha convertido en la puerta de entrada de potencias internacionales a la región, en una relación que beneficia al gobierno venezolano a corto plazo al recibir el dinero que necesitan para solventar la crisis.

En este momento salimos rumbo a la Federación de Rusia para fortalecer y ampliar nuestras relaciones diplomáticas y los lazos de amistad entre países hermanos.

Y esa serie de aliados de Maduro alcanzan a blindar al régimen porque, tal como lo explica Ronal Rodríguez, “tener una relación fluida con estas potencias disminuye las posibilidades de una intervención extranjera”. Es por todo esto que el presidente venezolano, dictador para algunos, está viviendo días claves para fortalecer su gobierno a pesar del rechazo de una parte del mundo

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