Colegios privados, cada vez más mixtos

Cuando el colegio en el que estudiaba, el Santa Bertilla Boscardín, comenzó a recibir niños para hacer la transición a mixto en todos sus grados, Gloria Parra ya había salido de la institución. Aunque ella hizo la primaria mixta sí le hizo falta estudiar con hombres el resto de su bachillerato: “por la interacción que no tuvimos con ellos en una etapa tan fundamental. Ya en la universidad, en la que cabemos todos, se hizo más compleja la relación”, dice.

Para Patricia Montoya, licenciada en Psicología y Pedagogía y Magister en Educación y Desarrollo Humano, las diferencias en los patrones de comportamiento los hacen más tolerantes si se les permite la interacción entre ambos sexos desde temprana edad, “en las aulas desde muy pequeños no son selectivos en este asunto de compartir con el otro según el género y esto hace que resolver sus conflictos entre ellos se haga de un ser humano a otro, sin importar si se es hombre o mujer”, precisa.

Indica la psicóloga que la decisión de un colegio femenino o masculino de volverse mixto tiene que estar enlazada con la misión, visión y perfil del estudiante para que tenga un impacto positivo en la formación ofrecida.

Según datos, a septiembre de 2019, de la Secretaría de Educación de Medellín, de 381 colegios privados, 370 ya son mixtos. Mientras en 2011 la diferencia era de 30, este año solo es de 11 (Bárbara Micarelli, La Enseñanza, La Inmaculada, La Enseñanza, Gimnasio Los Pinares, entre otros).

Las decisiones de los padres

Cuenta Marcela Ángel, madre de tres hijos, que ella también lo hizo en un colegio femenino, pero cuando su hijo mayor entró a estudiar buscó uno mixto, “tener relaciones de amistad entre hombres y mujeres desde pequeño lo ha ayudado a ser más abierto, a que no le de pena, a aprender el trato correcto con las amigas y, finalmente, el mundo afuera del colegio es diverso y nada nos ganamos separándolos y creando divisiones entre ellos”.

Cuenta la hermana Sor Fabiola Marín, rectora del Colegio Santa Bertilla, que la respuesta de los padres fue bastante positiva cuando la institución educativa empezó a hacer la transición. De igual manera opina Carlos Escobar, coordinador del Colegio de la UPB, que desde hace cinco años empezó el cambio: “Definitivamente es una tendencia, los hombres y las mujeres comparten todos los espacios y debemos acercarnos un poco a la lógica social”.

La psicóloga Montoya concluye que no se quiere decir con esto que quienes solo viven en ambientes femeninos o masculinos no puedan lograr relacionarse de manera asertiva, ni tampoco está comprobado que haya mejor rendimiento académico al estudiar solo con pares de su mismo sexo (según el estudio The Pseudoscience of Single-Sex Schooling, publicado en la Revista Science en 2012), pero es un hecho que la tendencia hoy es educar en la diversidad, sin estereotipos sexistas y en eso hasta los colegios quieren comprometerse.

FUENTE EL COLOMBIANO

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