Un hoyo de al menos 18 metros de profundidad, tanto como la altura de un edificio de seis pisos, fue encontrado detrás de los túneles de captación que van hacia la casa de máquinas del proyecto Hidroituango.
El descubrimiento, que tuvo lugar durante una de las 20 perforaciones que se hacen en distintos puntos del macizo rocoso, con el propósito de evitar el efecto de succión una vez se cierren las compuertas, generó una nueva alerta en la obra que el próximo 28 de enero cumple ocho meses de contingencia.
La socavación, situada entre las captaciones uno y dos del proyecto, a 35 metros de profundidad, obligó a EPM y al consorcio constructor a acelerar el cronograma de descenso de las compuertas, previsto para realizarse en dos fases, una en enero y otra en febrero. Con el nuevo panorama las dos compuertas estarían abajo a finales de este mes.
El gerente (e) de EPM, John Maya Salazar, explicó que el vacío se pudo haber originado como consecuencia de la creciente registrada el pasado 12 de mayo, luego del destaponamiento del túnel derecho.
Dijo que, según las primeras investigaciones, el riesgo de desplome de la montaña “es casi nulo” porque la bolsa “está confinada, con un incidencia local en el macizo”.
Señaló, sin embargo, que es imposible garantizar que no existan más formaciones de este tipo en otra parte. En el mejor de los escenarios, añadió Maya Salazar, solo implicaría tiempos y costos adicionales para la reparación de la casa de máquinas.
Aclaró que el centro de monitoreo no ha detectado, hasta el momento, movimientos inusuales en la montaña, ni filtraciones en la presa.
La casa de máquinas, corazón de la central, es donde estaban alojados los equipos de los dos primeros generadores que debían entrar en operación comercial en noviembre y diciembre de 2018, respectivamente. Interrumpir el paso de agua e ingresar a esta caverna permitirá conocer con exactitud cuánto será el retraso en la generación, estimado hoy en tres años (2021).
A la espera de informes
Por lo pronto, los técnicos del proyecto recomendaron hacer perforaciones adicionales para evaluar las características del socavón y para lograr ingreso de más aire a esa zona durante el cierre de las compuertas.
Maya aseguró ayer que esperan tener certeza técnica de la bóveda hallada antes del domingo, luego de recibir dos informes (de la firma Integral, diseñadora de Hidroituango, y de un grupo de asesores internacionales) y de reunir ambos para emitir uno definitivo.
Gabriel Guillermo Fernández Delgado, doctor en Ingeniería Geotécnica de la Universidad de Illinois, Estados Unidos, e integrante del panel de asesores de EPM, dijo anoche que las perforaciones que dieron lugar al hallazgo se habían planeado desde noviembre para anticipar las condiciones y poder reaccionar de una manera eficiente ante el inminente cierre de compuertas de casa de máquinas.
Indicó que se han hecho cuatro perforaciones que han mostrado que la roca está intacta. Sobre la socavación, explicó que pese a que no se conoce la extensión lateral, tendría forma de cilindro, concentrado en un área específica, limitada por los túneles uno y dos de captación.
“Puede que se hubiera formado hace seis o siete meses. Alrededor de la zona hay un radar que mide los movimientos de la montaña y ninguna instrumentación ha mostrado cambios en los últimos cuatro meses. Si estuviese pasando algo hubiera dado una señal, eso nos da cierta tranquilidad”, sostuvo Fernández.
Anticipó que las nuevas perforaciones buscarán determinar el tamaño del cilindro y clarificar el panorama de las medidas correctivas que se deben tomar para clausurar la cárcava (zanja grande que suelen hacer las avenidas de agua) con concreto y con la ubicación de cuñas desde el talud.
“Este es un proceso dinámico que se está haciendo con cuidado”, acotó.
“Ocurrió el 27 de diciembre”
El gobernador Luis Pérez Gutiérrez, que compareció ayer en la mañana a la rueda de prensa junto al alcalde Federico Gutiérrez, dijo que se enteró del hallazgo por comunicación del presidente Iván Duque y que solo hasta el miércoles en la noche fue llamado por EPM para informarle del nuevo percance.
“La situación se conoce desde el 27 de diciembre, no es un socavón que se haya hecho de la noche a la mañana. Era tiempo ya que tuviese un informe técnico. Es una situación extraña, no podemos decir que es de alta gravedad hasta que no haya un informe técnico definitivo”, dijo Pérez.
“Nos basaremos en los estudios de los expertos. Hasta el momento se mantienen las alertas por esta situación que nos obliga a actuar con prontitud”, declaró, por su parte, el alcalde Gutiérrez.
El gerente de la Sociedad Hidroituango, José Gustavo Jiménez Arango, precisó que de antemano se sabía que la casa de máquinas, sus conducciones e incluso las almenaras (caverna para la distribución del agua), pueden haber sufrido daños debido a su inundación desde el 10 de mayo. “Esperamos que el impacto sea el menor posible para retomar el proyecto con prontitud”. Dijo que a pesar del actual panorama, “peco de optimismo. Lástima que se presente esta situación pero pienso que vamos a tener proyecto, pese a todos estos bemoles”.
Una compuerta primero
La casa de máquinas tiene ocho túneles de captación, de estos, seis están cerrados y solo actúan las desviaciones uno y dos. Ambas captaciones permiten la descarga al río, con indicadores de ayer, de 748,73 metros cúbicos de agua por segundo. El nivel del embalse se situó anoche en 392,45 m.s.n.m.
EPM bajará primero —estima que sea entre el lunes y el miércoles próximo— la compuerta de la captación número dos para garantizar un caudal de 400 metros cúbicos por segundo, el mínimo que exige la licencia ambiental.
En esa fase crítica, que durará entre 12 y 45 minutos, se evaluarán variables tales como velocidad de cierre, vibración de la compuerta y estado del macizo rocoso.
Una vez concluida la operación, EPM espera que el caudal de salida se estabilice y el nivel del embalse empiece a subir gradualmente hasta alcanzar la cota de derrame por el vertedero (rango entre los 403 y los 405 m.s.n.m.). en menos de cuatro semanas.
En ese momento, así como ocurrió durante 47 días (entre el 4 de noviembre y el 21 de diciembre de 2018), el cauce del río volverá a salir por las compuertas.
Cuando el vertedero esté de nuevo activo, se cerrará la segunda compuerta, la de la captación número uno .
FUENTE EL COLOMBIANO