Las vigencias futuras aprobadas por $319.000 millones para esto solo se ejecutarán desde 2023.
Los muros que penden de un hilo no dan espera para caerse, tampoco las lluvias para traspasar los techos e inundar salones y, mucho menos, grietas y humedades para seguir comiéndose suelos y paredes. Así lo manifiestan estudiantes de colegios públicos que siguen a la expectativa de que se empiecen las obras para arreglar la infraestructura en las sedes donde estudian. La premisa de muchos es presionar porque saben que ya la Alcaldía de Medellín diseñó un plan de acción y hasta se aprobaron los recursos para ejecutarlo. Lo que piden es celeridad.
Por esta causa, el pasado miércoles, alumnos de la Institución Educativa Gilberto Alzate Avendaño hicieron una marcha para pedir que agilicen la reparación porque ya no aguantan más recibir clases en esas condiciones.
“La primera (exigencia) es que la Secretaría de Educación mande, por fin, los trabajadores que prometieron desde hace mucho tiempo, ya que nos han prometido muchas veces que van a enviar trabajadores y nunca lo han hecho. Estamos pidiendo que empiecen con los arreglos que necesita el colegio, por lo menos con las cosas básicas para que no se nos filtre el agua en los salones”, expresó Isabella Mina, estudiante del colegio. Sus palabras se hicieron virales en las redes.
Las exigencias van más allá. Solicitaron que la Secretaría de Educación los mantenga informados sobre los contratos que suscriba para arreglar las sedes educativas, especificando los recursos destinados; y que el Dagrd haga una visita para determinar la seguridad de cinco salones que abrieron hace poco tras ser reparados luego de estar cerrados un tiempo por los daños.
Al respecto, desde la Secretaría de Educación indicaron que harán gestión con el Dagrd para realizar la visita y que informarán los avances de los procesos relacionados con la intervención que se hará con vigencias futuras, en 2023 y 2024. Asimismo, indicaron que el próximo 25 de septiembre iniciarán la intervención parcial programada con recursos de la vigencia de 2022.
“Previamente, se les compartió el documento de liquidación del convenio APP y el acuerdo del Concejo que aprobó las vigencias futuras ya que esta institución es una de las que tiene mayor asignación de recursos para intervención a través de las vigencias futuras”, informaron desde la dependencia.
“Ejecuten la plata rápido”
En una visita que este medio hizo ayer al Gilberto Alzate Avendaño, los estudiantes se mostraron preocupados de tener que esperar hasta enero para que se ejecuten las obras de fondo y dijeron que ya están cansados de esperar y de creer, pues son muchas las promesas incumplidas.
Por eso, se seguirán movilizando, con carteles a la entrada del colegio, plantones y asambleas estudiantiles. Varios alumnos expresaron que están indignados porque el pasado 10 de agosto funcionarios de la administración les dijeron que en máximo 15 días llegarían los obreros, pero tras 35 días no lo habían hecho, por lo cual marcharon. Como se dijo antes, la nueva promesa es el 25 de septiembre.
Entre tanto, el colegio se sigue cayendo de a poco, hay profesores con problemas en los ojos por los hongos que se reproducen en algunas salas, los salones se mojan cuando llueve y los estudiantes caminan bajo techos arruinados. Esto, dijeron, les ha hecho perder clases y sienten que no están estudiando con calidad. La imagen del lugar ejemplifica sus palabras y alimenta su presión.
Presión para que la Alcaldía ponga en marcha, rápido y con contundencia, el plan de reparación que busca resolver un problema que lleva años creciendo y que no nació en este gobierno. En julio pasado, el Concejo aprobó las mencionadas vigencias futuras por $319.000 millones, para intervenir la infraestructura de 398 sedes, pero entre 2023 y 2024.
El plan incluye 13 sedes más que, según informó la Alcaldía, serán atendidas en 2022 con $17.000 millones liberados de la Alianza Público-Privada (APP) que los tenía con el Gobierno Nacional.
La Secretaría también informó que han tenido reuniones con rectores y jefes de núcleo para socializar los recursos priorizados y que analizaron los planes de contingencia que deben implementarse para las intervenciones.
Pasa en otros colegios
Pero el Gilberto no es la única institución que vive estos dramas. Samuel Contreras, personero de la I.E. Mariscal Robledo, sede Conrado González Mejía, explicó que “el tema va de mal en peor” y que deben esperar hasta enero para que se ejecuten los recursos de vigencias futuras.
No obstante, quieren que se comiencen ya los arreglos, por lo menos los más urgentes porque algunos daños mantienen en riesgo a los alumnos: “Hay un muro que se nos va caer, el que da a la zona de la calle donde los estudiantes esperan el transporte. Tememos un accidente”, dice el líder estudiantil.
Allí también se han tenido que acostumbrar a estudiar entre humedades, pisos dañados, canchas con huecos, ventanas rotas y salones inundados. Y en las zonas más deterioradas no es posible evitar por completo que niños curiosos se acerquen, lo que aumenta el riesgo de que algo les ocurra. “Nos dicen que en enero se comienzan a ejecutar las vigencias futuras, pero el muro no espera hasta enero para caerse”, dijo Conteras.
En la I.E. Juvenil Nuevo Futuro, tampoco aguantan. Alejandro Alzate, el personero, relató una situación similar a la de los demás: los arreglos no avanzan, las promesas no se cumplen y les dijeron que esperen hasta octubre para que lleguen los recursos.
Entonces, contó Alzate, cuando llueve, los estudiantes deben arrumarse en las zonas de los salones donde no caen las gotas; la cancha tiene el suelo deteriorado; hay una loza que está que se desploma; cerraron parte de los baños y los que quedan deben ser usados por casi 600 estudiantes por cada una de las dos jornadas de estudio.
Allí la premisa también es presionar y se suman a un clamor generalizado: que la alcaldía se mueva con la puesta en marcha del plan de acción antes de que ocurra una situación más lamentable que el hecho de estudiar bajo esas condiciones.
FUENTE: El Colombiano