NUEVO METROCABLE DE MEDELLÍN ESTÁ LISTO PARA VOLAR

Como si fuera parte de la decoración de un pesebre animado, los habitantes de los barrios El Pinal y el Trece de Noviembre empezarán a ver en diciembre las telecabinas del Metrocable que surcará sus cielos. La Línea M, con 95 % de avance constructivo, entró en la recta final para comenzar su operación comercial, prevista para el primer bimestre de 2019.

Parece mucho tiempo, pero la ejecución del proyecto sumará hitos en los próximos meses. A mediados de diciembre el Metro presupuesta el comienzo de las pruebas en vacío (sin carga), con el propósito de sincronizar los sensores y los equipos de detección de este modo, el quinto de su tipo que se integrará al sistema masivo de transporte.

Luego seguirán los ensayos de aceleración y frenado, ultimando detalles para la operación instructiva, etapa en la que la comunidad interactúa con su regalo de Navidad.

“A mediados de enero empieza la operación instructiva y posteriormente, el servicio comercial”, confirmó Sergio Acosta Ángel, jefe de Ejecución de Proyectos del Metro.

La operación de esta línea, la segunda integrada al tranvía de Ayacucho (la primera opera desde 2016 y llega hasta La Sierra), debía haber comenzado hace dos años; sin embargo, fallas constructivas en Miraflores, la estación inicial del cable, retrasaron la obra.

La línea tiene 1.070 metros de longitud y funcionará con una velocidad de cinco metros por segundo. Beneficiará a 135.000 personas de la comuna 8 – Villa Hermosa y concluirá la Línea T-A del tranvía de Ayacucho, puesta en marcha desde octubre de 2015.

La larga espera

Desde hace dos años la comunidad de los barrios impactados con el nuevo Metrocable ve como el sistema opera en La Sierra y Villa Liliam, vecinos de la misma ladera, en las goteras del Pan de Azúcar.

Luis Octavio Cardona, habitante del Trece de Noviembre hace 35 años, dijo que “estamos todavía esperando que nos pongan a trabajar el cable, qué más vamos a hacer. Será muy elegante, porque ya no habrá que esperar a que despachen el colectivo”.

Según el ingeniero Acosta, el 5 % que falta de ejecución para cumplir el sueño de la comuna más alta en la montaña oriental de Medellín, se divide en tres frentes: la terminación del urbanismo y el equipamiento público; el suministro electromecánico del cable y las cabinas; y el sistema de energía, contrato que estaba suspendido hasta tanto se adecuaran los espacios necesarios en Miraflores.

Emilsen Montoya, vecina de Luis Octavio, contó ayer al salir de una verdulería frente a la estación terminal del sistema, que el barrio anhela la obra desde hace dos años, porque traerá beneficios para la movilidad y la economía local. “Soy temerosa de montar, prefiero quedarme en tierrita. De pronto me tomo la pastilla para poder subirme”, dijo.

Cabinas, libros y cultura

El Metrocable no solo llegará para mejorar la movilidad en la zona, cuya población, en 80 %, es de estrato uno. Antes de ver las cabinas en el aire, la gente disfruta, desde el pasado 2 de noviembre, de la Bibliometro en El Pinal.

María Paulina Gaviria Correa, profesional de Gestión Social del Metro, sostuvo que el programa para relacionarse con la comunidad arrancó en 2010, con el propósito de preparar a los futuros usuarios en el buen uso del sistema y en el cuidado del espacio público.

En la Bibliometro, según Kelly Juliana Valencia, asesora del espacio, están disponibles talleres de lectura y expresión artística para niños, cursos de astrofotografía y ciencia para jóvenes, y clases de informática para los adultos.

“Este es el primer espacio cultural que han tenido cercano. Hemos trabajado con ellos cómo se maneja un libro, por ejemplo, les decimos que si está lloviendo no nos debemos tapar con él”, concluyó.

FUENTE EL COLOMBIANO