U. de A., segunda en el ranking Sapiens de universidades

La firma de consultoría Sapiens Research publicó el ranking de las mejores universidades del país, el ranking U-Sapiens 2019-2 en el cual, la Universidad Nacional, sede Bogotá, aparece como la mejor institución del listado, que clasifica a las mejores universidades colombianas según indicadores de investigación.

En la segunda posición aparece la Universidad de Antioquia, ubicada en Medellín, y tras esta la Universidad del Valle (Cali).

La Universidad de los Andes figuró en la cuarta posición, mientras que la Universidad Javeriana ocupó el quinto puesto del listado.

El top 10 lo completan la Universidad Nacional, sede Medellín; la Universidad Industrial de Santander (6to puesto), ubicada en Bucaramanga; la Universidad del Norte (Barranquilla), la Universidad Pontificia Bolivariana y la Universidad de Caldas (Manizales).

Este ranking se publica desde 2011 y cada semestre, analiza todas las Instituciones de Educación Superior de Colombia (361) y solo 74 clasificaron por cumplir con todos y cada uno de los 3 requisitos: Tener revistas científicas indexadas, oferta activa de maestrías o doctorados, y grupos de investigación categorizados. El ranking U-Sapiens es el único reconocido por Colombia ante el Observatorio Internacional (Ireg).

Según informó Sapiens Research, no hubo cambio de posiciones de 2019-1 a 2019-2 en las diez primeras universidades. Así mismo, la firma de consultiróa resaltó que solo tres Instituciones de Educación Superios han mantenido la misma posición durante las 18 versiones que ha tenido el ranking: la Universidad Nacional de Colombia de Bogotá (puesto 1), la Universidad de Antioquia de Medellín (puesto 2), y Universidad Nacional de Colombia de Medellín (puesto 6).

FUENTE EL COLOMBIANO

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Fecode participará decididamente en el Paro Nacional del 21 de noviembre

Fecode convoca al magisterio colombiano a participar activamente y en unidad en el Paro Nacional el próximo 21 de noviembre.

Este día el Magisterio Colombiano saldrá a las calles decididamente, junto a la Central Unitaria de Trabajadores, organizaciones sociales, el movimiento sindical nacional, trabajadores, organizaciones sindicales, sociales, estudiantes, comunidades indígenas y demás sectores, con el objetivo de rechazar lo que se ha denominado el ‘Paquetazo de Duque’; el cual, comprende una serie de proyectos, medidas y políticas que prepara el actual Gobierno y que afectarán directamente a los trabajadores, ciudadanos, jóvenes y pensionados del país. En este sentido, se rechazará:

– La reforma laboral planteada por el Gobierno, que incluiría contratación y pago de seguridad por horas, eliminación de las horas extras y los recargos nocturnos, dominicales y festivos, legalización de la inestabilidad y de la informalidad.

– La reforma pensional, dirigida a la eliminación de la pensión como derecho de todos los trabajadores, universalización del ahorro individual en los fondos privados, pensiones por debajo del salario mínimo y la privatización de Colpensiones, entre otros puntos.

– La regulación, criminalización y restricción del derecho a la protesta social.

Así mismo, Fecode exige el respeto del derecho a la vida de los docentes, directivos docentes, estudiantes, líderes sociales, sindicales y comunidades, pues sigue la situación de amenazas, violencia, persecución y asesinatos en su contra, ante la pasividad del Gobierno Nacional. En consecuencia, la Federación se solidariza y apoya al pueblo indígena del Cauca; y condena la masacre sistemática contra las comunidades indígenas en este departamento y el resto del territorio nacional.

El Paro se desarrollará con marchas y movilizaciones en las capitales del país y municipios, de acuerdo con las orientaciones de nuestros sindicatos filiales y el movimiento sindical.

¡El 21 de noviembre todos a las calles, viva el Paro Nacional!

FUENTE FECODE

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Cambiarán artículo sobre fallos judiciales y educación

El Artículo 44 del Presupuesto General de la Nación (PGN) que señala que los recursos de la educación pública se emplearán para responder ante fallos judiciales será objetado por el gobierno del presidente Iván Duque.

Así lo expresó durante el taller Construyendo País realizado en Barichara (Santander) el pasado sábado, en el que señaló que había quienes decían que el presidente quería “pasarles cuentas a las universidades de las deudas del Estado”. Estaban equivocados.

Por esto, indicó el presidente, “este gobierno va a objetar el artículo 44 de la Ley de Presupuesto para que no exista más esa discusión falaz”, enfatizó Duque.

Sobre la decisión, el presidente del Sistema Universitario Estatal (SUE), Javier Torres Oviedo, señaló que da tranquilidad el anuncio, pues recordó que era inconveniente dejarlo tal cual había salido publicado en los últimos 14 años.

“Ese artículo, como quedó redactado y aprobado por el Congreso, es ambiguo y abierto a múltiples interpretaciones, porque dice que las demandas contra el Estado pueden ser pagadas con recursos de la educación pública”, explicó Torres Oviedo.

Desde antes

Asimismo, la ministra de Educación, María Victoria Angulo, desde que se dio la polémica, hace unas tres semanas, había dejado claro que el propósito del decreto no era que con el dinero de las universidades públicas se pagaran deudas ni compromisos judiciales, tal cual lo revalidó el presidente. “El propósito era que, como cualquier ente del Estado tuviéramos una cuenta que dijera el rubro para cuando acontecen demandas contra la Nación, esta pueda dar los recursos a estos pasivos contingentes asociados a estas reclamaciones”, detalló la ministra.

¿Entonces qué viene?

Lo que viene es la objeción, proceso que será durante la conciliación de la Ley del Presupuesto, que se realizará entre la Cámara de Representantes y el Senado. Allí habrá una modificación a la redacción del artículo.

Al respecto, el presidente del SUE señaló que tanto las universidades públicas como cualquier entidad del Estado, cuando proyecta sus presupuestos, “prevé recursos para sentencias judiciales” y así debe quedar claro en la nueva redacción del artículo, pues es lo que esperan los representantes de la educación pública del país.

Sobre este pulso a favor de la educación pública, Jennifer Pedraza, representante estudiantil, manifestó que es “positivo”, pero que la objeción era lo que pedía “el movimiento estudiantil y de profesores, dado que su redacción es ambigua”.

Sin embargo, recordó que aunque entre los motivos para la marcha del próximo 21 de noviembre también estaba el asunto de este artículo, la situación no cambiará, pues dijo que “los estudiantes también vamos a parar en rechazo al ‘paquetazo‘ de la Ocde y para exigir cumplimiento pleno de los acuerdos” que se alcanzaron entre este gobierno, los estudiantes y profesores de universidades públicas del país, firmado el 14 de diciembre del año pasado.

No obstante, en entrevista con EL COLOMBIANO, publicada el pasado 10 de octubre, la ministra de Educación manifestó que el balance de cumplimiento es “favorable”, destacando que desde diciembre pasado se creó la Mesa de Diálogo para la Construcción de Acuerdos para la Educación Superior Pública.

“El Plan Nacional de Desarrollo incluyó los compromisos y los recursos acordados. Se han destinado $512.452 millones adicionales del Presupuesto General de la Nación para funcionamiento, inversión, pasivos y cooperativas de las 62 Instituciones de Educación Superior públicas. Además, del Sistema General de Regalías, la Educación Superior pública recibirá este año $750.000 millones para infraestructura y programas de formación doctoral”, agregó la ministra.

Tanto Angulo como Duque han hecho énfasis en que la educación, con un presupuesto de $44,1 billones para el próximo año, es el sector que más recursos recibirá, como una muestra del “compromiso del gobierno”.

FUENTE EL COLOMBIANO

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Hay tanto que estudiar a un solo clic de distancia

Era a la hora del almuerzo y durante los fines de semana que Olga Jiménez le dedicaba, al menos, media hora a su curso La música de The Beatles, un MOOC, Massive Open Online Course, por sus siglas en inglés (curso abierto y masivo en línea), ofrecido por la plataforma de educación en línea Coursera, y que explicaba en siete semanas la historia musical y la crónica de una de las bandas más importantes del mundo del rock.

Ese es un curso de los muchos que hay para estudiar virtualmente, en español u otro idioma. Cada plataforma ofrece distintas posibilidades, solo en el Sena, en este año, se llegó a una oferta de 201 programas de este tipo.

En Colombia

En 2010, y según cifras del Ministerio de Educación Nacional, se graduaron en el país 21 personas en niveles de formación de educación superior virtual (técnico profesional, tecnológico, universitario, especialización, maestría o doctorado). El más reciente anuario estadístico de la Educación Superior Colombiana, según la página del Ministerio, a corte de octubre de 2017, indica que los graduados de 2016 fueron 14.673. El aumento es notorio y significativo: en seis años sumó 14.652 estudiantes.

La educación virtual dejó de ser algo novedoso, aislado e incierto, como era hace 10 años, para ganar terreno como alternativa de formación. “La credibilidad en el estudio en línea ha ido mejorando porque se ha vuelto necesario, por el tema de desplazamiento y el tiempo, y considero que los modelos han empezado a transformarse un poco hacia el aprendizaje colaborativo, las comunidades y no ese tan individual y solitario”, explica Doris Adriana Ramírez Salazar, coordinadora de Ude@ educación virtual de la Universidad de Antioquia.

La página de MinEducación define esta educación como aquella que se refiere al desarrollo de programas de formación que tienen como escenario de enseñanza y aprendizaje el ciberespacio. “No es necesario que cuerpo, tiempo y espacio se conjuguen para lograr establecer un encuentro de diálogo o experiencia de aprendizaje. Sin que se dé un cara a cara entre el profesor y el alumno es posible establecer una relación interpersonal de carácter educativo”.

Esto hay que saber

Ramírez Salazar detalla que es importante entender que hoy hay cursos que son autogestionables y otros que son dirigidos. “Los primeros se refieren a los MOOC que son cursos masivos, en línea y que no tienen necesariamente una retroalimentación, entonces si yo manejo mi tiempo puedo hacer uno de esos en los que no necesito retroalimentación permanente ni otro que esté detrás de mí, dándome indicaciones”.

Los dirigidos son aquellos en los que es evidente la tutoría por otras personas, profesores que interactúan constantemente con el estudiante.

El acercamiento

Si nunca ha hecho algo de este tipo, recomienda Ramírez Salazar que empiece por uno que sea mediado por otra persona. “No debería escoger un MOOC porque no tiene aún esa cultura del aprendizaje autónomo, aunque depende mucho de lo que la persona quiera didácticamente hablando, lo que persiga”. Añade que desde su experiencia, una de las razones por las que desertan los estudiantes en este tipo de formación en línea es que se sienten solos, no hay un acompañamiento, “por eso es mejor buscar cursos tutoriados y ya cuando haya una experiencia en el ciberespacio ya será distinto acceder a los que son autogestionables”.

Sin embargo, si usted es disciplinado y tiene un buen manejo del tiempo, empezar con un MOOC no debería ser inconveniente. Hágase la pregunta de cómo funciona en su vida cotidiana.

Gloria Figueroa, directora de UPB Virtual de la Universidad Pontificia Bolivariana, precisa que la metodología que ofrezca una plataforma o aplicación es fundamental a la hora de escoger, pero para ver cuál se adapta más a usted debe identificar su manera más efectiva de aprender. “Si es más de lo audiovisual, busque algo en lo que haya más videos, y así si es gráfico, si le interesan más el storytelling (arte de contar historias) o los audios, hay muchas formas y la posibilidad está en la elección propia, en entender cómo aprendo para que me lleve por el mejor camino”.

De tin marín…

Es fundamental, apunta la coordinadora de la Universidad de Antioquia, que cuando se busquen ofertas de este tipo se haga en instituciones que tengan una trayectoria formativa, y más si es un posgrado.

“La educacion virtual no puede asumirse como de baja calidad, como un consumo simplemente de información. Es un proceso de enseñar y aprender y eso, utilizando esas plataformas, implica tener en cuenta algunos principios para construir cursos virtuales como que el estudiante pueda encontrar una orientación adecuada para abordar la temática y una manera de comunicar o interactuar con otros”.

Dependerá, además, si quiere obtener una certificación o validar su estudio en Colombia, cuando son niveles de educación superior que se hacen en universidades extranjeras (ver recuadro), “es tener claro qué espero, porque hay instituciones que ofrecen cursos que se pueden certificar y otras para que la gente aprenda”.

En un pregrado, añade la especialista, es importante que haya un modelo que combine la presencia del profesor a través de la pantalla con las actividades que los estudiantes realizan de manera independiente. Todo eso hay que tenerlo en cuenta a la hora de escoger.

La dedicación

Otro punto vital al enfrentarse a aprender en la virtualidad es el tiempo, “qué tan largo es el curso o la carrera, qué tanto tiempo me exige y si yo estoy dispuesto, porque hay que invertir horas en el aprendizaje autónomo”, indica Ramírez Salazar.

Sobre este punto, cuenta Figueroa que el elemento más importante es la voluntad y el empeño para dedicarse disciplinadamente a ello (ver claves). “Eso significa que hay que practicar, determinado tiempo al día. Es fundamental”.

La especialista explica que, por ejemplo, en las plataformas que ofrecen cursos de idiomas hay mucha tecnología y van de la mano con la Inteligencia Artificial, “entonces la aplicación, con ese desarrollo, identifica qué has aprendido o cuáles han sido tus dificultades para ofrecerte reforzar en lo que has tenido dificultad y a la vez, si has mostrado fortalezas claras en algún tema, te lleva a ejercicios para elevar tu nivel, eso hace que las personas se sientan más motivadas para el avance y que estas apps sean hoy tan populares”.

En la mayoría de plataformas que ofrecen MOOCs el estudiante se puede devolver cuantas veces sea necesario, además hay opciones de reforzar, mejorar y seguir avanzando con rapidez.

Atención a las condiciones

Antes de iniciar cualquier tipo de educación en estas plataformas y/o universidades que las ofrecen hay que leer muy bien las condiciones y requisitos. Hay unos que piden su asistencia para recibir el diploma o darle la certificación avalada por el ministerio del país en el que se realiza, otras darán la asignatura gratis, pero para obtener una insignia (una evidencia verificable de un aprendizaje alcanzado a través de un curso certificado) debe pagar.

“En plataformas como Coursera, Edx o Miríadax puedes tomar clases para aprender y ya, pero si te vas a certificar debes gastar dinero”. Como algunas personas no leen esos puntos antes de estudiar puede creer al final que han caído en una mentira, “ahí no te están engañando –aclara Ramírez–, desde el comienzo te lo están diciendo. En este momento en el mundo hay disponibles muchos cursos y si no se quiere certificar no hay problema, no paga y no pasa nada, simplemente aprendiste. Esa es la idea de aprender a tu ritmo”.

Olga Jiménez quiso empezar un nuevo curso de historia de la música, pero esta vez con Los Rolling Stones, “me inscribí y todo pero ahí el tiempo no me dio”. Ya se organizará, porque además tiene en lista de espera uno de idiomas y otro de diseño y comunicación que son pagos y deberá sacar horas de su rutina. Ella ya cayó en las redes de la educación virtual y quiere aprender todos los días.

FUENTE EL COLOMBIANO

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Cómo crear una cultura de paz desde el salón de clases

Martin Luther King reconoció el valor de la ira como movilizadora de la justicia, pero así mismo reflexionó sobre su corta utilidad cuando se convierte en resentimiento desenfrenado y se usa para infringir dolor y enfermedad. Para Martha Nussbaum, filósofa estadounidense, el camino que proponían King y Ghandi no implicaba necesariamente condescendencia, sino un reenfoque de esos sentimientos hacia actos no violentos y constructivos.

“Los hechos deben ser denunciados pero las personas merecen respeto. Finalmente, lo que se busca es crear un mundo donde hombres y mujeres puedan vivir juntos”, dijo la filósofa en una conversación en la ciudad sobre la ira y su contrario.

Los sistemas educativos contemporáneos parecen muy ocupados creando individuos económicamente útiles, pero, ¿cuántos de ellos son humanos?, ¿cuántos de ellos tienen un sentido de empatía?

Investigadores como la doctora en educación británica Hilary Cremin, quien ha estudiado sobre la resolución de conflictos en las escuelas, explora la idea de c

La educación debería ser relevante para el mundo y sus aspiraciones y para Cremin aprender a vivir juntos, en paz, nutre el sentido de pertenecer a una humanidad común que se rige por los derechos humanos. En un mundo globalizado, las colaboraciones son fundamentales y es importante aprender a manejar las diferencias con respeto, más que promover la competencia entre individuos.

Cremin, que ha trabajado en el sector público y privado, como voluntaria, maestra de escuela, consultora educativa, coordinadora de proyectos y académica en diferentes países, está convencida de que esto se puede llevar a las escuelas a través de una variedad de temas, y también recuerda que no solo es tarea de las instituciones educativas sino de las sociedades comunitarias, autoridades, de los medios y de las familias.

La posibilidad de ser

En conversación con EL COLOMBIANO, Cremin habló de varios temas, como si una educación para la paz requiere mejorar la salud mental de los estudiantes.

“Esta busca –dijo– rehumanizar el proceso de educación porque las competencias entre escuelas han creado un ambiente tóxico de ganadores y perdedores. Cada niño tiene una actividad que lo emociona, pero no las dejamos fluir porque a las tres de la tarde verán biología y a las cinco, español. Los regulamos por timbres, ponemos a los niños de las mismas edades en un mismo salón, usamos castigos si se rebelan”.

Entonces se pregunta: ¿Qué mensajes se les envía cuando la escuela se concibe de esta manera? “Deberíamos ayudar a los niños a cruzar conversaciones entre diferentes disciplinas, distintas edades, ayudarlos a seguir sus intereses, a aprender de su comunidad, en parques, en museos y en bibliotecas. Me gusta creer que el profesor ideal sigue a los niños, les posibilita cosas y les provee elementos para sus logros. Finalmente lo que el niño necesita es aprender la mejor forma de aprender durante el curso de su vida”.

La doctora en educación también ha hablado de paz positiva y negativa en el contexto de rehumanizar a las personas durante el conflicto.

“Por ejemplo cuando un niño se refiere despectivamente acerca de la familia de otro niño, una forma de responder como maestro es ‘no debiste haber dicho eso, ya conoces las reglas de la escuela, eso fue cruel, si lo haces otra vez te voy a castigar’. Otra respuesta podría mejorar en forma de preguntas: ‘¿qué pasó?, ¿qué estabas pensando?, ¿el otro chico está herido?, ¿qué puedes hacer para enmendarlo?’. Al niño agredido también se le debe preguntar por cómo se siente y qué lo haría sentir reparado. Este último hace que tanto el agresor como el agredido se enganchen con la situación y sepan que pueden reparar y ser reparados a través de una forma positiva de resolver el problema. Tendemos a creer que ellos no querrán hacer esto, pero es porque no los educamos para que quieran hacerlo, siempre estamos resolviendo sus problemas a través del juicio y el castigo. Así que rehumanizar es ayudar a los niños a tomar responsabilidad y a hacer las cosas bien”.

Ser compasivo

Para Cremin es fundamental comunicarse con los niños adecuadamente, y si bien más que señalar que algo se está haciendo mal, como si fuera un problema técnico, ella precisa que lo que no está bien tiene que ver con la actitud. “No debemos usar un lenguaje que los juzgue ni que los discipline a estar en silencio, sino uno que los enganche al proceso educativo. Así que debemos hacerles preguntas abiertas, que los reten a expandirse, que los hagan entrar en diálogo”.

Para ella las escuelas deberían dejar de educar para que puedan o no hacer cosas, y mejor deberían terminarla creyendo en sí mismos, pensando que no tienen que ser perfectos para alcanzar una meta y capaces de diferenciar entre la publicidad y alguien que intenta tomar su dinero.

“Ellos necesitan saber cómo estar en diálogo, cómo escuchar a alguien con el que están en desacuerdo en un ambiente saludable. Deberían tener una mente abierta al cambio y, claramente, si las cosas salen mal, saber cómo resolverlo”.

FUENTE EL COLOMBIANO

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Trece colegios de Medellín siguen esperando la renovación de sus sedes

La promesa incumplida —es decir, lo que pudo ser una sede remodelada, pero no—se quedó solo con la forma de una llave de plástico.

Trece instituciones educativas de Medellín hoy siguen esperando una infraestructura nueva. Hace cuatro años, en la administración del presidente Juan Manuel Santos, la Alcaldía de Medellín y la Nación pusieron en marcha un proyecto de Alianza APP (Público-Privada) que proponía la reconstrucción total de ocho de estos colegios, la creación de cuatro nuevos y la ampliación de uno más en un lote anexo (ver gráfico).

Serían beneficiados 11.280 alumnos y los recursos se garantizarían a través de vigencias futuras: para los $817.000 millones necesarios el Municipio aportaría el 30% ($250.000 millones) y la Nación el 70% $567.000 millones).

Así que, cuando en 2017 la Alcaldía y el Gobierno firmaron el convenio, el símbolo de la alianza fue “la llave de las oportunidades”, entregada a cada uno de los rectores como la prueba del proceso. Hoy, dos años después, a la llave no le llegó ni la chapa, ni la puerta, ni los materiales de construcción, porque los trabajos nunca empezaron.

Sí va, pero a paso lento

Ignacio Gutiérrez es rector de la I.E Marco Fidel Suárez, uno de los colegios seleccionados. La infraestructura de la sede central tiene 60 años, 9.177 m2 y 1.100 alumnos.

Están cansados de las reparaciones menores, de “poner remiendos” sobre las fugas del acueducto, los pisos hundidos y el moho en las losas. La estructura ni siquiera es sismorresistente. El ciclo se repite: no pueden hacer grandes inversiones porque lo van a demoler, pero las obras tampoco arrancan.

De la alianza APP, dice, no se vio nada en años hasta hace un mes, cuando recibieron la visita de la Alcaldía de Medellín, que les informó que el proceso iba “caminando” y que el colegio estaría demolido en 2020. La construcción, le indicaron al rector, estaría terminada en 2022.

Al respecto, Cristina Zambrano Restrepo, directora de la Agencia para la Gestión del Paisaje, el Patrimonio y las Alianzas Público Privadas (APP), afirmó que el trabajo con el Ministerio de Educación Nacional inició en 2015, pero solo hasta noviembre de 2017 se aprobaron las vigencias futuras del Municipio.

En ese sentido, indicó, Medellín cumplió todos los requerimientos y pasos que tenía que hacer para sacar el proyecto adelante. Luego llegó el cambio de Presidencia y la alianza quedó a la espera de las aprobaciones de la Nación.

Sin embargo, en estos dos años, dijo, se consolidaron dos de los tres pasos que faltan para sacar el proceso a licitación. La primera aprobación fue la del Ministerio de Hacienda, que según Zambrano se otorgó el año pasado. Después el proyecto fue avalado por el Departamento Nacional de Planeación y el último recurso faltante es la aprobación de las vigencias futuras.

Eso ocurriría este año, concluyó la directora, de acuerdo a la información que les ha proporcionado el Ministerio de Educación: “Los cronogramas han sido difíciles porque esta es la primera APP social de esta magnitud en Colombia, entonces las aprobaciones han sido largas. Estamos a la espera, este mismo año el Ministerio sacaría la licitación”.

Marcela Omaña, secretaria de Educación de Medellín, precisó que aún no hay un cronograma confirmado, pero si la Nación aprueba las vigencias futuras en 2019, comienza la fase de diseños (que dura un año), tras la cual el concesionario tendrá entre 12 y 24 meses para la ejecución de las obras: “En el próximo cuatrenio tendría que estar resuelto el tema”.

Se consultó al Ministerio de Educación sobre el tema. Aunque la primera solicitud de información se realizó el 23 de mayo de este año, aún no se ha recibido respuesta.

Gutiérrez, quien dice compartir la angustia del resto de rectores, afirma que el proyecto parece ser solo un “abrebocas” para tranquilizar a las comunidades educativas, cuya única esperanza, por ahora, es una llave de plástico protegida en una bolsa de terciopelo.

FUENTE EL COLOMBIANO

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