La bancarización en Colombia aún está en pañales.

En Colombia, cinco de cada diez ciudadanos tienen un producto financiero formal como cuentas de ahorro o corriente y tarjetas de crédito. Es decir de 49,6 millones de ciudadanos, apenas 26,6 millones están insertos en la economía a través de la banca.

Así lo aseguró el informe, a septiembre de 2017, de la Banca de Oportunidades, liderado por el Estado para promover la inclusión financiera en el país.

“Es un poderoso instrumento de movilidad social, toda vez que los individuos pueden suavizar sus consumos, afrontar de mejor manera los choques y anticipar su bienestar redistribuyendo temporalmente sus compras”, explicó el vicepresidente de la Asociación Bancaria de Colombia (Asobancaria), Jonathan Malagón, sobre la importancia de la bancarización.

“En la medida en que los individuos revelan información sobre sus hábitos transaccionales, es mucho más fácil incluirlos posteriormente en un crédito, pues la historia financiera es uno de los principales insumos para la bancarización”, apuntó.

Es la “vacuna” contra el flagelo del llamado gota a gota, como se le conoce a los créditos que se transan usualmente en el mercado informal entre vecinos o familiares a tasas de interés muy elevadas.

El economista y jefe del pregrado en Finanzas y docente investigador del Departamento de Economía de la Eafit, Raúl Armando Cardona, también coincidió con esos puntos y agregó que adquirir créditos y referencias financieras son otros beneficios que las personas obtienen por formar parte del sistema bancario.

Sin embargo, no todo es color de rosa. Para Cardona, las desventajas de estar bancarizado radican principalmente en los costos financieros que cobran los bancos cada vez que se realizan ciertas operaciones.

Otro perjuicio tiene que ver con la seguridad de los datos y los recursos: “Debemos estar atentos a la información que nos suministre la entidad de nuestro saldo y movimientos”, sustentó Cardona quién además advirtió sobre la corrupción que puede existir y de la que algunos empleados bancarios obtienen provecho para generar fraude (…) pese a que los bancos tienen sus políticas de ética. Pero desafortunadamente tenemos el factor humano en el que siempre hay fallas”, dijo el experto.

Escenario en el mundo

Luego de conocer el contexto nacional sobre este tema surge la siguiente pregunta: ¿Cómo está Colombia con respecto a otros países? Pues la situación no es nada alentadora. De una lista de 26 ocupa el lugar 23, según el índice de Política e Institucionalidad del Foro Económico Mundial, que se elaboró en enero de 2017 y se divulgó en Davos a principios de 2018.

Si observamos el renglón de acceso a productos bancarios como cuentas de ahorro, corriente y cuentas ahorro para vivienda, el Foro Económico Mundial lanza al fondo al país y lo ubica en el puesto 25 de 26. Su evaluación está basada en la poca participación (23 %) que tuvo la población de bajos ingresos para acceder a productos de la banca.

Contradictoriamente, esa población parece hacer uso más intenso de algunos productos financieros, lo cual le dio mejor puntaje a Colombia (15/26).

Otros elementos financieros por los cuales Colombia salió mal evaluada fueron los costos de acceso (19/26), en el que pesó el impuesto del 4×1.000; y la falta de equidad de género (24/26), en el que los micro-créditos dirigidos a mujeres no tienen buen registro.

¿Quién usa la banca hoy?

Si usted está entre los 18 y 30 años y tiene un producto financiero formal, seguramente utilizará con menos regularidad (87,8 %) , que quienes se encuentran entre 31 y 40 años (90,1 %). La Banca de Oportunidades estima que en el primer grupo hay 6.502.077 ciudadanos y en el segundo 6.202.344.

Tener una cuenta de ahorros es lo más común entre los que ingresan al sistema bancario, el mismo informe señala que al menos 24,7 millones de personas usan este tipo de producto, lo que agrupa 73,5 % de la población adulta. A esta preferencia le sigue la tarjeta de crédito, con 9,2 millones y el crédito de consumo, con 7,9 millones.

Esto se explica porque “los primeros pasos en la inclusión financiera suelen ser los productos que hacen parte del pasivo de los bancos (es decir, aquellos por los que la entidad debe pagar intereses al usuario), siendo las cuentas de ahorro las mejores exponentes”, detalló el vicepresidente de la Asobancaria, Jonathan Malagón.

Retos por delante

Para la Banca de las Oportunidades, el mayor desafío que tiene el gremio es “estimular el uso y acceso de servicios financieros en el sector rural, especialmente, en aquellas zonas en donde las barreras geográficas impiden llegar de una manera efectiva con productos bancarios, siendo la tecnología uno de los aliados”.

En ese aspecto coincidió Mauricio Múnera, director de Inclusión Financiera de Bancolombia, la entidad líder en número de clientes en Colombia. “Aunque en términos de cobertura de municipios es posible decir que un alto porcentaje ya cuenta con conectividad a redes e Internet en sitios públicos, aún existe un número importante de colombianos que no dispone con conexión desde sus dispositivos móviles, casas o en sitios de trabajo debido a que la señal de algunas empresas de telefonía todavía no cubre toda la geografía colombiana”, explicó.

Por su parte, César Serrato, gerente de División Producto y Marketing del Banco Falabella, resaltó que aumentar la inclusión financiera en Colombia es un trabajo que involucra a todo el sector bancario nacional. “Lograr que los colombianos transiten por voluntad y convicción hacia el sistema financiero requiere que las entidades demostremos que allí encontrarán ganancias y valores agregados tangibles”, subrayó.

Atrévase

Escoger un producto financiero acorde con las necesidades y los gustos puede ser complejo y hasta abrumador, pero los rendimientos y los múltiples beneficios que ofrecen las entidades bancarias con sus diversos productos y servicios deben ser la mayor motivación para unirse al mundo de la banca y dejar de guardar los pesos debajo del colchón.

Para hacer más sencilla la toma de decisiones, la Asonbancaria y sus entidades financieras agremiadas, lanzaron en 2015 el portal www.yodecidomibanco.comcon el objetivo de poner a disposición de los consumidores los diferentes productos financieros que tiene el sistema bancario del país (ver Paréntesis).

El portal brinda información detallada de más de 1.600 productos masivos de ahorro, inversión y crédito ofrecidos por las entidades bancarias en Colombia, entre ellos: cuentas de ahorro, tarjetas de crédito, créditos hipotecarios, depósitos electrónicos, créditos de vehículos y moto, crédito educativo y microcrédito.

Finalmente, el consejo es que “Solo debe elegir el tipo de producto que le interesa, indicar el lugar del país en el que se encuentra, sus preferencias con respecto al producto que deseas consultar e inmediatamente la plataforma le mostrará los resultados de su búsqueda, así como lo que necesita para poder solicitar su producto”, indica la página web .

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Antioquia cerró 2017 como líder en microcréditos.

Antioquia ocupó el primer lugar del ránking de nueve departamentos del país con mayor demanda de microcrédito a nivel nacional en 2017, con una cartera de 1,2 billones de pesos o 10,37 % del total nacional; así lo reveló la Asociación Colombiana de Instituciones Microfinancieras (Asomicrofinanzas).

La presidente de la sociedad, María Clara Hoyos, señaló que la cifra se dio por dos factores: el aumento del precio del petróleo y el impulso que se le está dando a las zonas rurales y agropecuarias del país por medio de productos como el cacao, el caucho y el café. “Eso contribuye muchísimo en la sustitución de cultivos ilícitos”, subrayó.

Actuación de las otras zonas

De acuerdo con el informe realizado por Asomicrofinanzas, Nariño ocupó el segundo lugar de la lista con 983.821 millones de pesos, equivalentes al 8,41 %. Seguido por Cundinamarca con 7,23 % (no incluye Bogotá por ser la capital del país) y Boyacá (7,09 %).

Los cinco últimos departamentos fueron el Valle del Cauca, Santander, Huila y Tolima, con una participación del 6 %; y Cauca con 5,21 % (ver Origen).

¿Cómo será este año?

María Clara Hoyos consideró que “la curva de disminución ya se rompió. El hecho de que a partir del segundo semestre de 2017 el tema comenzara a reaccionar demuestra la adaptabilidad de los microempresarios ante las diferentes circunstancias del mercado”. Dijo que factores el Mundial de Fútbol Rusia 2018 y el tema electoral pueden afectar el crecimiento del sector.

Andrés Montoya, director ejecutivo de Interactuar (una corporación de desarrollo empresarial sin ánimo de lucro), aunque coincidió con la visión de Hoyos sostuvo que el sector microcréditos ha aprendido a “defenderse de los ciclos económicos”.

“Este año estará mejor que el año pasado, todo esto por el buen desempeño que ha tenido el sector del agro”, resaltó. Sin embargo, Montoya destacó que queda mucho trabajo por delante en materia de inclusión social, productiva y financiera .

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Productos médicos de marihuana se venderán desde 2019.

El negocio de la marihuana medicinal ya es un hecho en Colombia. Y si bien por ahora hay un proceso que se puede entender como el “detrás de cámaras” para que esto sea posible, ya se prevé que el próximo año estarán listos los primeros productos a base de esta planta, al menos los naturistas y los de fórmula a la medida a los pacientes, de acuerdo con Andrés López, director del Fondo Nacional de Estupefacientes.

Además, parece un buen negocio para el país. José Manuel Restrepo, rector de la Universidad del Rosario, presentó estimaciones económicas preliminares, realizadas con investigadores de la Universidad de Montevideo, en las que se muestra que las exportaciones “a mediano plazo, pueden significar lo que hoy se vende en el exterior en flores y banano, es decir, mil millones de dólares, pero hacia adelante podrían ser 4.300 millones, lo que implicaría los dos productos sumados al café”.

La estimación de Restrepo, incluye la posibilidad de que Colombia se quede con 10 % del mercado, excluyendo Estados Unidos; contempla que este negocio podría aportar entre 0,2 % y 0,5 % del Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia, y solo en el sector agrícola tendría un peso de 15 %, dadas las condiciones económicas favorables en el país para esta actividad.

En el mundo, Grand View Research prevé que a 2025 será una actividad que mueva 55.800 millones de dólares, con un crecimiento estimado promedio de 17,5 %, que parte de un mercado de 11.400 millones de dólares.

Por ahora, el primer paso es la venta al interior de Colombia. La manera de hacerlo más rápido se da por cuenta del aval de “fórmulas magistrales”, o hechas a la medida, como se realiza usualmente en la dermatología, de acuerdo con la prescripción de componentes, pues los productos farmacológicos de producción en serie, se demoran más, por las pruebas clínicas que un medicamento usual requiere, y es un proceso que se da entre 3 y 5 años, e incluso 10, según explicóLópez.

“Vamos a tener el desarrollo de productos para registrar como fitoterapéuticos, o naturistas, en los que no se modifican profundamente sus componentes”, dijo López.

Es evidente que hoy en el mercado circulan productos que prometen impactos milagrosos con base en marihuana, pero estos son ilegales, solo “en 2017 se decomisaron 3.600 fraudulentos de esta categoría en las principales ciudades”, afirmó el directivo. No obstante, la legislación ya ha dado licencias para la producción legal lo que va a permitir el lanzamiento de productos el próximo año.

“A esto hay que quitarle el esoterismo. Hay que poder tener acceso a un producto con un marco regulatorio claro, una evidencia clínica y médica, para saber dentro del cannabis qué funciona y para qué sirve”, agregó Felipe Harker, vicepresidente ejecutivo Medcann.

Lo que se está promoviendo es un “producto para el consumo humano seguro”, agregó Harker, y eso incluye la estandarización y trazabilidad del proceso productivo, con certificaciones de calidad. En el caso de Medicann, la inversión que se prevé en la primera etapa es de 15 millones de dólares, en Fuente de Oro (Meta), con 10 hectáreas de cultivo y plantación. Y por ahora, la compañía se enfocará en la producción de aceites para que alguien más los reprocese, mientras inicia su etapa de investigación y desarrollo para llegar a productos finales, ya sea fitoterapéuticos y/o farmacológicos.

Condiciones económicas

Lo primero es que esta actividad plantea una condición probable de crecimiento y desarrollo del país. “También genera empleo (decenas de miles), con una virtud en las zonas marginadas o de posconflicto”, afirmó Restrepo. Un ejemplo de esto, según explicó López, es que pese a que la población pueda haber tenido relación con cultivos ilícitos puede formalizarse a través de la legislación; la erradicación de las matas actuales debe realizarse (porque no se saben las condiciones en las que se realizó la planta ni sus características), pero es admitible que conserven las semillas, pasen el proceso de evaluación de ellas, y una vez reciban la licencia pueden empezar a operar bajo la norma (ver Informe).

También la actividad vincula pequeños productores (0,5 hectáreas), con las grandes empresas a las que deben suplir el 10 % de la producción.

Para Restrepo, es clave también que se abre una nueva oportunidad en el mercado internacional, solo para 2018 hay un cupo de producción de 40 toneladas; se “fortalece la agroindustria y apoya la discusión de posconflicto del país”, afirmó el rector.

Además Colombia ya cuenta con la regulación para que el negocio sea una realidad tangible y las condiciones del suelo facilitan el cultivo y desarrollo de semillas. Se estima que de esta planta hay más de 400 variedades.

¿Qué hay que salvaguardar?

En este proceso, hay asuntos que cuidar, advirtió Restrepo. “El riesgo reputacional”, por ejemplo, sobre lo que implica la violación a la normativa y evitar que se dé un paralelismo entre el mercado formal e informal.

También “hay que manejar bien los errores de producción de fármaco, y garantizar las Buenas Prácticas de Manufactura”, así como la agilidad en los procesos, pues este tema es clave para la “sostenibilidad de la industria”, así como la rapidez de las licencias para lograr los procesos de comercio exterior.

Y, finalmente, Restrepo mencionó el “reto educativo, para mí significa investigaciones a fondo en producción agrícola, en semillas, variedades. Investigación en cosechas y plagas”. Esta idea convive con la necesidad de lograr biotecnología en este segmento, así como la creatividad que requiere la creación de modalidades a través de cooperativas de campesinos para que se agilice la producción nacional.

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Aproveche los días que le quedan al dólar barato.

Si usted desea viajar al exterior o importar algún producto en los siguientes días debería ponerle el ojo al precio del dólar, que en lo que va de año registró una baja de $200,87 o de 6,7 %, luego de pasar de $2.984 a $2.783,13, de acuerdo con la Superintendencia Financiera de Colombia. La moneda tocó mínimos de 30 meses, pues desde el 22 de julio de 2015 no se cotizaba a un precio tan bajo.

De acuerdo con la Bolsa de Valores de Colombia (BVC), el precio máximo que tocó la divisa ayer fue de $2.800 mientras que el mínimo fue de $2.759,15.

Un elemento que tiene relación con el valor del dólar es el precio del barril de crudo Brent (referencia para Colombia), que alcanzó en los últimos días máximos de hace tres años presionado al alza principalmente por el invierno en EE. UU. (mayor consumo de energía por calefacción).

El coach en finanzas personales Ramiro Reyes cree que los efectos del precio del dólar para un ciudadano “común y corriente” son casi imperceptibles por Colombia no tener una economía dolarizada. Sin embargo, resaltó que hay un pequeño grupo que se ve favorecido con esta situación: viajeros e importadores.

Por ello, Reyes recomendó a los ciudadanos que deseen salir este año del país comprar tiquetes aéreos “desde ya, de viajes que sepan van a realizar. Si los ciudadanos ya están claros que van a ir a determinado lugar en cierta fecha, tendría mucho sentido comprar los pasajes ahora mismo que están a muy buen precio, no solo por el dólar sino porque la antelación también los favorece”.

Con respecto a los importadores, Reyes sostuvo que deben aprovechar épocas como estas para proveerse de materias primas básicas o de productos de alta rotación. “Pero no de artículos de temporada porque podrían quedarse con cosas que no venderían facilmente”.

Sin embargo, la caída del valor de la moneda estadounidense representa malas noticias para otros.

“El negocio (de las casas de cambio) a raíz de la fluctuación del dólar a la baja ha estado muy difícil porque hay una competencia muy dura entre este tipo de empresas”, señaló el director de Unicambios Santafé, Gabriel Jaime Robledo.

Esa casa de cambio actualmente maneja la tasa de compra de $2.730 y de venta de $2.790.

Por su parte, Valores y Servicios, casa de cambio ubicada en Unicentro de Medellín, maneja una tasa de compra de $2.735 y de venta de $2.805, es decir, un valor de utilidad de 70 pesos.

Tanto la gerente de estrategias e investigaciones de Old Mutual, Catalina Tobón, como el comisionista de bolsa de Coltefinanciera, Vladimir de los Rios, estiman que el precio del dólar cierre en $2.900 en 2018.

“Esta tendencia (a la baja) se puede revertir (…) aunque puede durar un par de semanas”, opinó Tobón .

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Siembra transgénica ganó espacio en 2017.

El año pasado se sembraron cultivos transgénicos en 24 departamentos del país. Según un reporte de la Asociación de Biotecnología Vegetal Agrícola (Agro-Bio), las zonas que lideran la producción de cultivos genéticamente modificados son Meta, Córdoba y Tolima.

Agro-Bio, citando cifras del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), señaló que durante 2017 en Colombia se sembraron 86.030 hectáreas de maíz genéticamente modificado, 9.075 de algodón y doce hectáreas de flores azules para un total de 95.117 hectáreas de cultivos transgénicos.

El departamento del Meta sigue siendo el líder en el cultivo de maíz transgénico, pues sembró 22.342 hectáreas, mientras que Tolima pasó de cultivar 18.327 hectáreas en 2016 a 20.313 hectáreas el año pasado.

Respecto al cultivo de algodón transgénico, el departamento líder fue Tolima con 4.129 hectáreas seguido por Córdoba con 3.600 hectáreas de algodón. Y las flores azules se siguen sembrando solo en Cundinamarca.

La Asociación destacó que agricultores de Córdoba, desde hace unos catorce años le han apostado a la siembra de este tipo de cultivos alcanzando a 2017 una superficie total de 21.203 hectáreas divididas en 17.603 hectáreas de maíz y 3.600 de algodón.

También resaltó que en Colombia los agricultores que siembran este tipo de cultivos encuentran en el mercado las características de resistencia a algunos insectos y tolerancia a herbicidas.

“El sector agrícola sigue siendo un dinamizador de la economía del país y en el 2017 fue el sector con más crecimiento por lo que apostarle a la agricultura, con una semilla biotecnológica es clave para un productor que quiere ser más competitivo y obtener mayores rendimientos”, sostuvo María Andrea Uscátegui, directora de Agro-Bio.

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2018, con la mira puesta en subir la productividad.

Una década ha pasado desde que el expresidente Álvaro Uribe Vélez lanzó el Programa de Transformación Productiva (PTP) para promover, valga la redundancia, la productividad y competitividad de la industria, pero aún muchas tareas quedan pendientes: al contabilizar la productividad la cifra es negativa (-0,24 %), según el Departamento Nacional de Planeación (DNP).

La entidad también se ha transformado en estos años, antes de 2015 solamente se dedicaba a realizar articulación institucional, y desde entonces puede hacer un trabajo directo con las compañías y ha logrado impactar 800.

EL COLOMBIANO habló con Felipe Torres, gerente del proyecto, quien además está estrenando cargo desde octubre, para conocer el balance del año pasado y los planes.

¿Cuál es el balance que hace usted de la industria?

“Fue una año muy difícil, pero no fue una situación exclusiva de Colombia. Nosotros seguimos haciendo nuestra labor, sin importar si estamos en un ciclo económico de expansión o no. 2018 lo vemos más positivo”.

¿Qué piensa de la premisa que es mejor enfocarse en algunos sectores, en los más competitivos?

“La focalización sectorial debe ser dinámica, es difícil establecer una política exclusiva para pocos sectores. Lo importante es entender la dinámica económica en las regiones y cuales productos o sectores pueden estar teniendo crecimiento más exponenciales. Por eso han existido sectores que han estado y han salido del PTP”.

¿Cuántos sectores incluye hoy el programa?

“14. Café, cacao, frutas y sus derivados, así como alimentos procesados. Cosméticos, farmacéutico, química básica y plástico y pinturas; así como industrias en movimiento y para la construcción y 4.0, sistema moda y turismo de bienestar y naturaleza”.

¿Qué pasa con sectores como calzado y salud?

“Con calzado el mayor problema es el contrabando, así que su gestión es más del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo que el nuestro, pues es un tema que se aborda de manera transversal.

En turismo de salud ya se alcanzó lo que se requería en materia de certificaciones y ahora ProColombia entrará más fuertemente a potenciar el destino a nivel internacional, no hay mucho más que podamos ofrecerle para mejorar, por eso tenemos el último proyecto específico de bilingüismo en esta área, pues notamos esta falencia”.

¿Cuál fue su presupuesto de inversión en 2017 y qué perspectiva hay para 2018?

“Nuestro presupuesto de intervención en 2017 fue de 77 mil millones de pesos. Y para el próximo se tienen fijos 80 mil millones de pesos, la mayoría por cooperación”.

¿Qué se tiene planeado hacer en Antioquia?

“Hay 23 proyectos que tenemos con impacto en Antioquia, unos en ejecución y otros para este año. Entre los más importantes está Colombia productiva. De las 358 empresas postuladas 45 son de Antioquia” (ver Informe).

¿Qué es eso?

“Es la primera intervención a gran escala de la productividad. Estamos intentando vincular a 400 empresas para mejorar su productividad.

Esto no se había hecho y lo que buscamos es poder ofrecerles una intervención con 5 ejes: productividad (procesos), eficiencia energética, gestión comercial, gestión de recursos humanos y de calidad, con miras a para acceder a otros mercados”.

¿Cómo una empresa puede postularse?

“Tiene hasta el 9 de febrero, debe tener dos años de constituida y sus procesos financieros y contables al día, además debe pertenecer a algún sector PTP. Es importante decir que nosotros pedimos una contraprestación de tres millones de pesos para las pequeñas empresas y de seis millones para las grandes, para generar una apropiación frente al proyecto. Nos hemos dado cuenta que cuando es asistencialista hay altas deserciones”.

Finalmente, ¿cuál es el gran proyecto para 2018?

“Hay uno muy importante que se llama Agroexporta, con lo que se pretende impactar 11 mil beneficiarios, de 8 sectores en 18 departamentos en 220 municipios, 67 de estos están en Zonas Más Afectadas por el Conflicto (Zomac) lo cual va en línea con la política de gobierno en posconflicto. En Antioquia se incluye al sector lechero y ganadero.

FUENTE EL COLOMBIANO