Guía para aprovechar el primer día sin IVA

El 19 de junio será la primera de tres jornadas en las que habrá siete categorías exentas de impuesto sobre las ventas (IVA), lo que debería significar que las compras en estas divisiones sean más baratas.

Si bien esta medida se había pensado durante la Ley de Crecimiento para incentivar la adquisición en los meses en los que había un menor flujo de comercio, como lo son enero, julio y octubre, la contingencia llevó a que se adelantaran estos días para junio y julio y que se modificaran algunas reglas…

FUENTE EL COLOMBIANO

El protocolo y las medidas de las universidades de Medellín para volver a clase

Acogiéndose a las recomendaciones de la directiva 13 del Ministerio de Educación, las instituciones de educación superior de Medellín se preparan para retornar de forma paulatina a la presencialidad a partir de agosto. Cabe apuntar que ya reabrieron los laboratorios prácticos y de investigación desde el pasado 1 de junio.

Las universidades trabajarán con una capacidad poblacional de entre 30 % a 40 %, determinada por las facultades o por pico y cédula, modificarán sus calendarios académicos y reprogramaron.

FUENTE EL COLOMBIANO

Por primera vez, Pruebas Icfes se realizarán virtualmente desde casa

  • El Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación dice que garantizará la conectividad y la transparencia en las pruebas.

La educación ha tenido que modificar sus métodos para seguir llegando a los estudiantes de primaria, secundaria y educación media y superior durante el confinamiento. Esta vez, las Pruebas de Estado que se aplican a técnicos y tecnólogos para medir la calidad de la educación en las diferentes instituciones educativas serán, por primera vez en sus 52 años de existencia, presentadas de manera virtual por parte de los 99.200 estudiantes inscritos.

FUENTE EL COLOMBIANO

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Gobierno anunció nuevos alivios financieros para colegios, universidades y jardines

La ministra de Educación anunció este miércoles dos líneas de crédito para las instituciones educativas y los padres de familia. Dirigida a la educación superior, por otra parte, se dispuso alternativas de crédito desde Findeter y el Fondo Nacional de Garantías y un apoyo para el pago de matrículas.

La emergencia por el nuevo coronavirus ha afectado los bolsillos de los colombianos. La situación ha detonado una lluvia de peticiones, reclamos y faltas frente al tema del sostenimiento, financiación y costo de matrículas de jardínes, colegios y universidades por parte de padres de familia, instituciones y estudiantes. Es por eso que este miércoles, en medio de una transmisión presidencial, la ministra de Educación Maria Victoria Angulo ha anunciado una serie de alivios financieros amasados en compañía del Ministerio de Hacienda con el fin de apoyar la educación nacional. 

Se trata de medidas para apoyar los distintos niveles de educación. Para los jardines y colegios privados, el ministerio dispuso una línea de crédito que “permitirá cubrir hasta el 90 % de la nómina, con un respaldo de la nación del 80 %, un periodo de gracia de 6 meses, y un plazo de pago entre 12 y 36 meses”. Para este, la cartera destinó un billón de pesos. Asimismo, se creó un Fondo Solidario para la Educación dirigido para a los padres de familia también quienes podrán acceder a una línea de crédito para el pago de pensiones de jardines y colegios privados. 

Dentro de los alivios también están incluidas las instituciones de educación superior. Para ellas, se dispone una línea de crédito por 1.5 billones con garantía del 80 % del Fondo Nacional de Garantías. También, para aquellas instituciones privadas, una nueva línea de credito de Findeter por $200.000 millones. Dirigidas a los estudiantes, por su parte, el Gobierno dispuso $97.000 millones para apoyar las matrículas de estudiantes universitarios de estratos 1 y 2 y otros $650 mil millones para aquellos beneficiarios del programa Generación E.

A través del presidente de Icetex, el Gobierno anunció una ampliación del Plan de Alivios anterior en cuanto a tiempo. Se trata de la “disminución de intereses al IPC a todos los estudiantes de estratos 1, 2 y 3, que tengan un crédito educativo vigente y estudien en el 2020-2.” y un “período de gracia hasta diciembre de 2020. Este beneficio se podrá tomar simultáneamente con el de reducción de intereses. Se pasará de 35.000 beneficiarios actuales a 66.000”. Otros alivios ya previstos continúan activos, la amortización de pagos que consiste en dividir en más tiempo la deuda ha sido acogida por 24.000 estudiantes. Otra es que ya no necesita codeudor para acceder a un crédito, 16.000 cupos adicionales están disponibles.

FUENTE EL ESPECTADOR

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El dolor de cabeza para pagar a las universidades

Una estudiante de Medicina de una universidad de Medellín critica que su institución no flexibilice los costos de la matrícula. La joven explica que el 50 % de las actividades del semestre que va a iniciar son prácticas y no podrá realizarlas por cuenta del coronavirus. Por eso señala que de los $15 millones que debe pagar en junio, apenas se le descontará el 10 %.

Como ella, decenas de estudiantes de universidades privadas –en las que hay matriculados 2,4 millones de alumnos, según el Ministerio de Educación– en todo el país se han volcado a las redes sociales para pedir que les reduzcan los costos de la matrícula y den más beneficios para los estudiantes durante el próximo semestre.

“Es muy complejo que la universidad no esté en la disposición de darnos una respuesta sobre todo a quienes saldremos a práctica. Además, considerando que muchos tenemos becas y préstamos que no se acomodan a la situación actual. La universidad debería buscar una garantía para nosotros”, dice la estudiante.

El problema está en que las universidades privadas funcionan a partir del cobro de las matrículas cada semestre. Sin embargo, los alumnos denuncian que los precios son excesivos teniendo en cuenta dos cosas: primero, que no es segura la presencialidad de las clases en el segundo semestre de 2020 y, segundo, que la economía de ellos y de sus familias se han visto gravemente afectadas por el coronavirus.

Una de las organizaciones que ha denunciado esto es la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles de la Educación Superior (Acrees). En una carta dirigida al presidente Iván Duque y al Ministerio de Educación la organización hizo tres peticiones: implementar un plan de auxilios para los estudiantes, suspender el incremento de las matrículas y posponer el pago de los intereses.

Alejandra Sánchez Zuluaga, miembro del Comité Ejecutivo Nacional de Acrees y estudiante de la Universidad Javeriana, explica que “la caracterización socioeconómica de quienes asisten a las universidades privadas es de clase media y muchos de ellos están endeudados; el 80 % de los que tienen un crédito con Icetex son de universidades privadas”.

Sánchez añade que si no disminuye el valor de las matrículas y dan más beneficios a los estudiantes, es seguro que habrá una fuerte deserción el próximo semestre, lo que también sería un problema para las universidades. “En la medida de las posibilidades, tienen que reducir el costo y flexibilizar los cobros de los créditos internos con los estudiantes, así como dar garantías para el acceso a la educación”,concluye.

La encrucijada

La realidad es que así como los estudiantes, las universidades también atraviesan un momento complejo. Al menos así lo manifestaron ayer en una carta los rectores de las universidades Central, Jorge Tadeo Lozano, Libre, Pontificia Bolivariana, de Boyacá, Autónoma de Manizales, de América, entre otras instituciones de todo el país.

En la misiva expresaron su preocupación por el futuro al que se enfrentarán. “Estamos ante el riesgo de una alta deserción o reducción sustancial de la matrícula universitaria, que podría llegar a ser superior al 50 %, la consecuente cesación de miles y miles de docentes y personal administrativo, e incluso la desventura de la inviabilidad de algunas de universidades, lo que implicaría un retroceso de muchos años”, expresaron.

En ese sentido, Carlos Mario Lopera, director del Observatorio de la Universidad Colombiana, explica que tienen cubiertas sus necesidades hasta julio, gracias a las matrículas del primer semestre.

“El problema es la incertidumbre que hay frente a lo que se viene para el segundo semestre, porque no se sabe si habrá un regreso a la presencialidad y si esta se da, será en menor medida, pues muchos estudiantes no podrán volver a la universidad por el costo de las matrículas”, dice Lopera.

Entretanto, Jairo Torres Oviedo, rector de la Universidad de Córdoba y miembro del consejo directivo de la Asociación Colombiana de Universidades (Ascún), indicó que “muchos estudiantes no se podrán matricular, porque para muchas familias la prioridad no es que el hijo estudie, sino cómo se recupera económicamente. Será un semestre muy complejo, sobre todo para las privadas, porque viven de la matrícula”.

Con ese panorama, las universidades han ofrecido algunos auxilios para los estudiantes, al tiempo que manifiestan su preocupación que la disminución en sus ingresos significará, irremediablemente, en recortes de las plantas administrativas y docentes. Mientras tanto, quedan en el medio miles de estudiantes que están a la expectativa de saber si podrán continuar con su formación profesional o si, por cuestiones económicas y por el impacto del coronavirus en Colombia, este será un sueño truncado.

FUENTE EL COLOMBIANO

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Si la educación virtual es para siempre, ¿estamos preparados?

Un estudiante de quinto de primaria se conecta a una clase de sociales en línea, comparte la pantalla de su computador y les cuenta a sus compañeros qué pasó con el Florero de Llorente, el 20 de julio de 1810 en Colombia. Ellos le hacen preguntas, él responde algunas y el profesor interviene para ayudarle con las más difíciles. No hay calificaciones por números ni uniformes y la única regla es que todos participen activamente, si no intervienen es como si no hubieran ido a la sesión.

Esa escena, aunque ideal, es la que pinta los salones de clase del futuro pero en el país se ve todavía lejana. ¿Algo así se puede lograr en todos los cursos del colegio, en todas las carreras universitarias y en todas las regiones de Colombia? Expertos en tecnología y educación aseguran que no.PUBLICIDAD

Desde que el mundo comenzó a confinarse, 1.500 millones de estudiantes –más del 90% de la población estudiantil– comenzaron a aprender desde casa, advirtió la Unesco el pasado 8 de abril. En Colombia, no todos los sectores (primaria, secundaria y educación superior) están reaccionando igual, si bien tienen retos comunes: superar la brecha en el acceso a dispositivos y en conectividad y lograr un cambio de mentalidad tanto en los estudiantes como en los profesores. Según los expertos, estos son algunos aprendizajes que le ha dejado la actual crisis a la educación en el país.

La lechuza, la lechuza…

Uno de los desafíos más grandes lo afrontan los profesores y padres de los estudiantes de preescolar y primaria. Eso cuenta Juan Carlos Elles, licenciado en Educación Integral y profesor de Español en primaria en un colegio de Funza, Cundinamarca.PUBLICIDAD

Elles hizo un balance sobre su experiencia enseñando en línea y relató que se siente atrasado para asumir una inminente digitalización y le inquieta qué pasa en las casas de sus estudiantes. “Los de bachillerato tienen más experiencia, su espíritu hacia la rebeldía ante los sistemas establecidos los hace ser menos dependientes de los adultos, pero nuestros pequeños están sujetos aún a la misma ignorancia de sus padres, están en la encrucijada y requieren acompañamiento presencial”, escribió en un informe que entregó a la rectoría de su institución.

También destaca cosas positivas en el informe, como el hecho de que con el tiempo más niños estarán cada vez más acostumbrados a los entornos digitales y el auge de las plataformas que les ayudan a dar clases más interactivas. No solo están las herramientas de videollamadas, sino que en Colombia hay iniciativas gratuitas como TOMi Digital, desarrollada por el Gobierno Nacional, INNpulsa Colombia y Fedesoft, con juegos en línea y recursos para los profesores.

Aquí surge una pregunta: ¿basta con un correcto acompañamiento y las herramientas adecuadas para que el proceso esté terminado? Mickael Martiquet, gerente de adopción tecnológica para el sector educación en Microsoft Colombia, dice que no. Sin importar el nivel, señala, la tecnología le da un impulso al proceso que implica tener una formación pero requiere acompañamiento docente y socialización con otros. Después de todo, uno va al colegio a aprender Matemáticas, Español y Biología, pero también relaciones interpersonales, convivencia y resolución de conflictos.

Lo valioso de ir a la escuela

Con la visión de Martiquet concuerda el filósofo de la Universidad de Los Andes Nicolás Hernández. Actualmente se desempeña como docente de cátedra para la paz en el Liceo San Andrés de Tumaco con la organización Enseña por Colombia en bachillerato. Desde hace un mes prepara los talleres para sus 400 estudiantes desde la fría Bogotá, donde se fue a pasar la cuarentena. Cuenta que solo ha tenido contacto con 70 de ellos, por la enorme brecha que hay de computadores y conectividad. Mucho menos ha podido hacer una clase en Zoom.

Eso no es lo que más le preocupa de lo que el confinamiento ha significado para la educación de los bachilleres. Al pensar en una futura educación completamente virtual, lo desvela que se pierda la experiencia y el relacionamiento.

Hernández cita al pedagogo Carlos Skliar, quien explica la importancia de ir al colegio en su investigación Del estar juntos en educación (2009). Ahí concluye que la convivencia no es tanto evitar los conflictos entre estudiantes sino vivir con el otro en un sentido estricto y aprender a reconocerse y a reaccionar frente al mundo gracias a esa experiencia. “A la mayoría de mis estudiantes les parece aburrido madrugar, tener hambre, sueño y casi todo lo que implica ir a estudiar; pero no se dan cuenta de que el bachillerato está lleno de unos aprendizajes implícitos que llegan producto de convivir con alguien más. Es la etapa para reconocerse, seguir modas si es necesario y revelarse a otras cuantas. Estar con los que no son como uno y compartir un espacio a diario con ellos. Eso es clave antes de empezar la universidad o cualquier camino profesional”, señala.

¿Y la carrera por el título?

Para la universidad las cosas son distintas también. Los datos advierten que muchos de los trabajos para los que hoy están formando las universidades podrían transformarse en el mediano plazo. Un informe de 2019 del Foro Económico Mundial concluye que las competencias básicas necesarias para desempeñar la mayoría de las funciones cambiarán en un 42 % para 2022.

En ese mismo estudio, se advierte que para estar al día con los profesionales que demanda el mercado global, las universidades deberían invertir más del 3 % del gasto total que actualmente se asigna a la educación en habilidades tecnológicas. ¿Eso aplica para todas las carreras?

David Aroesti, director de educación de la plataforma de educación en línea Platzi, dice que la clave es dividir los caminos profesionales. “Existen algunos en donde el título es obligatorio, como la Medicina. Pero también hay muchos caminos que no requieren certificación sino que una persona demuestre que sabe hacer con calidad un trabajo y que tenga experiencia práctica”, explica Aroesti, quien se graduó como abogado pero aprendió ingeniería de software en línea y trabajó para una compañía en Silicon Valley desde México.

De la necesidad de clases presenciales a la vieja usanza, ha sido testigo Sara Fonseca, estudiante de noveno semestre de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia. Cuenta que para ella y sus compañeros esta experiencia ha sido frustrante y que, aunque en otras universidades se usan herramientas como simuladores para apoyar las clases, no hay nada como la experiencia en vivo. “Uno aprende cuando está de turno en un hospital, cuando ve a su profesor suturar a alguien y luego te toca a ti. Esa adrenalina y responsabilidad no la puede reemplazar nada”, dice.

Pero existen opciones cuando se trata de otras carreras. Los jóvenes ahora se enfrentan a un mercado global. Gracias a la tecnología pueden conseguir un trabajo en cualquier lugar del mundo. Plataformas como Fiverr o Torre.co son ejemplos de oportunidades de empleo basados en habilidades. “No conozco un solo entrevistador en la industria de marketing digital y tecnología que pida títulos para dar un trabajo”, asegura Aroesti.

Hay competencias que en este momento son demandadas por muchos, y enseñadas por pocos. El Índice de Competencias Globales de 2019 de Coursera, una reconocida plataforma de educación virtual que nació en la Universidad de Stanford en EE.UU., halló que dos tercios de la población mundial se está quedando atrás en competencias críticas.

La compañía hizo este análisis con inteligencia artificial y cotejó los resultados de 38 millones de estudiantes, que accedieron a más de 3.000 cursos en 60 países y 10 industrias. Esa fue la base para establecer un ranquin en tres grandes áreas, denominadas Negocios, Tecnología y Ciencia de Datos. Cada una está sustentada sobre destrezas o competencias que debe poseer un trabajador hoy (ver Informe).

En Negocios, Colombia ocupa el puesto 30 y está en el grupo de los países competitivos, pero en Tecnología está en el puesto 49, en el grupo de las naciones atrasadas, igual que en Ciencia de Datos, en el que ocupa el lugar 46.

Lo que debe cambiar

Desde que comenzó la emergencia sanitaria, el Ministerio de Educación ha lanzado varias estrategias para mitigar la brecha como el videojuego “BeThe1Challenge”, una aplicación para aprender inglés que se descarga gratis. Para los alumnos de bachillerato está Computadores para Educar, programa en el que planean entregar 83.345 equipos a las sedes educativas del país y que pueden ser enviados directamente a estudiantes de décimo, once y profesores en áreas rurales. ¿Dónde quedan los demás grados o qué modelo funcionaría mejor para solucionar la brecha? (ver Opinión).

A nivel superior lanzaron el Plan Padrino, en el que 126 instituciones se han vinculado para compartir sus buenas prácticas pedagógicas en la virtualidad. Sin embargo, los esfuerzos van más allá, por ejemplo en el cambio del rol del docente, asegura Martiquet, quien ha trabajado con el sector público en transformación tecnológica: “en el pasado el profesor era el que impartía el conocimiento, pero ahora la información está disponible en Internet, entonces debe enseñar a encontrarla en fuentes confiables y también impartir habilidades como el trabajo colaborativo. Las empresas hoy no buscan al que más sepa sino al que sepa asumir retos y trabajar en equipo”.

Y aunque lleguen nuevas formas de aprender, el rol de los profesores evolucione y los oficios se transformen, la interacción social es irremplazable. A eso apuntan Aroesti y Martiquet. Las nuevas plataformas tienen herramientas que permiten ser empático en la virtualidad, como los emoticones, las reacciones, las videollamadas y los fondos interactivos. Lo clave es no olvidar que el proceso educativo integral es una experiencia social, inclusiva, insisten los expertos. No basta con desarrollar o aplicar herramientas nuevas, emocionantes e innovadoras. Hay que pensar cómo la tecnología puede hacer que el aprendizaje digital sea accesible e igual para todos.

Lo concluyó Stefania Giannini, subdirectora General de Educación de la Unesco, en una reunión virtual el pasado abril, con más de 70 ministros de educación de diversos países que batallaban, a su manera, contra la pandemia: “El desafío a futuro supera con creces la cuestión de los dispositivos, las plataformas, los contenidos y la conexión a Internet. Se relaciona con la resiliencia del tejido humano, al apoyo afectivo y la ayuda que se les proporciona a los más vulnerables y frágiles” .

FUENTE EL COLOMBIANO

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