Estudiantes y gobierno dan el primer paso para lograr acuerdos

Establecer una mesa de diálogo y concertación para definir de dónde saldrán los $500 mil millones que hacen falta para el cierre financiero de las universidades para lo que queda de 2018 y evitar la suspensión y cancelación del semestre en las universidades públicas son las dos principales conclusiones de la reunión, de nueve horas, que sostuvieron ayer los estudiantes y el Ministerio de Educación, en Bogotá.

Más allá de que no dejó grandes soluciones, sí permitió tener un contacto directo, sin intermediarios, y una “agenda de trabajo” entre las partes, aunque lo clave, que es el presupuesto, sigue en la nebulosa, dada la realidad económica del país, incluyendo la polémica reforma tributaria que el Gobierno presentó el miércoles pasado.

Sin embargo, diferentes analistas, docentes y los propios estudiantes ven este paso como “algo positivo” pues, como lo planteó Alejandro Palacios, presidente de la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles de Educación Superior (Acrees) que integra a alumnos de universidades públicas y privadas, “avanzamos en el sentido de que ya definimos la metodología, las garantías para que la mesa funcione y para seguir discutiendo; nos volveremos a ver el martes y miércoles de la próxima semana”.

Por su parte, la ministra de Educación, María Victoria Angulo, aseguró que estos “espacios de construcción colectiva” entre las partes son positivos y aprovechó para invitar a que “las movilizaciones que se realicen siempre sean pacíficas”, e hizo alusión a que el próximo jueves el movimiento estudiantil volverá a marchar en el país, acompañado de la Central Unitaria de Trabajadores.

Es un impulso, pero…

Jairo Torres Oviedo, presidente del Sistema Universitario Estatal (SUE), destacó que lo que sucedió ayer entre los representantes de los 650.000 estudiantes y el Gobierno es una muestra de que el diálogo debe primar. “A todos nos preocupa la educación superior, pero hay que entender que las soluciones que se planteen no se darán de inmediato”, dijo Torres.

Además, expresó Torres Oviedo, otra preocupación que manejan los rectores que es la posibilidad de que se cancelen los semestres académicos, pues esto obligaría a reiniciar las actividades el próximo año, lo cual representará una pérdida de tiempo “y un impacto social y financiero”. Dicho esto, el presidente del SUE destacó que son cuatro universidades ya las que han suspendido clases.

También aprovechó para recordarles a los estudiantes que, ya sentados en la mesa, el camino debe ser “retornar a clases, porque nos sirve una universidad abierta, desde donde podamos debatir, argumentar y mantener el diálogo que nos permitan encontrar respuestas y salidas a la crisis”.

¿Qué implica la reunión?

Para en analista político Miguel Silva Luján, sin duda, el encuentro entre las partes servirá para fijar posiciones alrededor del modelo de educación superior, el cual lleva “más de una década mostrando su agotamiento. Es un modelo que, salvo pequeñas variaciones, es de hace más de 25 años” y que “hay que reformar”, motivo por el cual, dijo, es imperativo que se mantenga abierta la discusión, pero que sea “más amplia”.

En el mismo sentido, el analista destaca que en este pulso le preocupa que la lucha de los estudiantes se quede “únicamente en el problema de financiación de las Instituciones de Educación Superior Estatales, porque ese es solamente uno entre varios asuntos que hay que revisar”.

No obstante, otra visión tiene Omaira Tapiero, investigadora de la U. Distrital, quien aseguró que aunque puede ser visto como un “gran paso”, habrá que esperar si la voluntad del Gobierno es real y no solo se quedará en “convocar a reuniones, que ha sido una de las medidas adoptadas en otros momentos”.

FUENTE EL COLOMBIANO

PROYECTO ACUERDO DISTRIBUCIÓN DEL TIEMPO ARTICULACIÓN PLAN DE ESTUDIOS ENSEÑANZA OBLIGATORIA IE 010317

Compañeros directivos de ADIDA, delegados, subdirectivos, abogados les comparto el borrador de un proyecto de acuerdo para resolver el problema de la inclusión del descanso en la jornada escolar .

Este documento me lo envía el compañero Jhon Granados, asesor en el CEID de Fecode y miembro de Tribuna Magisterial.

Gracias Jhon por su valioso aporte.
Hay que aprobar este proyecto al comienzo de año. Vayamos adelantando la discusión desde ya en cada institución educativa.

Omar Arango Jiménez 
Secretario de Asuntos Pedagógicos en ADIDA 

Presupuesto, la pelea constante en las universidades.

Como viene sucediendo cada año desde 1993, los estudiantes de las universidades públicas del país dejan en evidencia la difícil situación que enfrentan las instituciones donde se forman académicamente. Esta vez, el reflejo de su reclamo se basa en el déficit de $16 billones para funcionar, operar y mantener los indicadores de cobertura y calidad académica.

Aunque esta voz se eleva con la coyuntura de la discusión del Presupuesto General de la Nación, estudiantes, docentes y rectores consultados dicen lo contrario, y se refieren a “problemas coyunturales reales”, que se viven en las sedes de las 32 universidades públicas y que por esta vía sufren los cerca de 650 mil estudiantes matriculados.

Por esa falta de recursos y por lo que consideran desidia estatal volverán a las calles este miércoles, ese lugar de cada ciudad que les ha servido de escenario para mostrar sus inconformismos. En Medellín saldrán desde varios sitios (ver infografía), a las 2:00 de la tarde, para terminar en el Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid.

Se mueven

“Con esta jornada, en la que esperamos participar al menos 500 mil estudiantes en el país, buscamos que la sociedad se dé cuenta de lo que está pasando, que se entere que sin universidad no hay futuro”, asegura Alejandro Palacio, presidente de la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles de Educación Superior (Acres) que integra a estudiantes de universidades públicas y privadas.

La misma visión tiene Jennifer Pedraza, representante estudiantil ante el Consejo Superior de la Universidad Nacional, quien es clara al afirmar que “este reclamo no es nuevo, los problemas económicos de las universidades empezaron a registrarse desde la Ley 30 de 1992, es decir, llevamos 26 años viviendo lo mismo”, debido a que se congeló el presupuesto y se fijó su aumento solo con el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Lo peor del caso, dice Pedraza, es que no ha habido un solo gobierno que ponga como prioridad la educación. Aunque en el gobierno Santos el presupuesto fue el más alto de la historia, con $37,49 billones, la inversión apenas llegaba a $3,42 billones. Los 34 billones restantes eran para gastos de funcionamiento divididos en varios items, entre ellos los más representativos: nómina, $8,51 billones y pensiones de $3,79 billones.

El rector de la Universidad de Córdoba y presidente del Sistema universitario Estatal (SUE), Jairo Torres Oviedo, sostienen que por eso saldrán a movilizarse, teniendo en cuenta que, aunque el dinero es “más que necesario” se deben solucionar otros problemas estructurales, como cobertura, mantenimiento de sedes y el cierre de brechas entre los sectores rural y urbano.

El Gobierno, por su parte, ha sido claro al plantear que no cuenta con los 16 billones que reclama la Universidad Pública. La ministra de Educación, María Victoria Angulo, respondió ayer que “el compromiso de este gobierno se demuestra en el proyecto de ley de presupuesto, que está calculado para 2019 en $41,26 billones, que está dividido en gastos de funcionamiento e inversión, pero estos no están desagregados porque el presupuesto aún no ha sido aprobado en el Congreso.

Nuevamente el problema son los altos gastos de funcionamiento. Pues con esta cifra, realmente, en el mejor de los casos quedarían solo $4,4 billones para “palear” la crisis, según el proyecto de ley de Presupuesto.

Señala Angulo, este será el primer “impulso”, pues durante los cuatro años del gobierno se “priorizará la educación de los colombianos”

Preocupaciones

Por eso, Luisa Charry, delegada de la Universidad de Antioquia en la Unión Nacional de Estudiantes de Educación Superior, sostiene que lo que se busca es que la reforma “sea estructural y no que responda a una coyuntura”. Además, plantea que no solo sea impulsada por los docentes o estudiantes, sino que comprometa al Ministerio, los rectores y representantes de la sociedad.

Otro punto que les preocupa a estudiantes y rectores es que no haya represalias contra quienes se movilicen y cesen sus operaciones. Por ello, en el pliego de peticiones radicado ante el Congreso, destacan que “exigimos que no se tomen medidas en contra de ningún miembro del movimiento, por lo tanto solicitamos a las diferentes organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos brindar apoyo durante la agenda de movilización que proponemos desde el movimiento estudiantil y así garantizar nuestro accionar seguro”, expresan.

¿Origen del problema?

Para entender el inicio del déficit presupuestal del sistema universitario, tan solo hay que mencionar la Ley 30 de 1992, pues congeló el presupuesto. Es decir, mientras las universidades crecían en estudiantes, profesores, investigaciones y, se les imponían nuevos indicadores de calidad, la plata para su funcionamiento en la actualidad resulta menor, pues aunque aumenta con el IPC, hoy no se vive la misma realidad de hace 26 años.

“Se desconoció que con el paso del tiempo las universidades crecerían, aumentarían sus capacidades y se verían apretadas porque los mismos recursos no alcanzarían para todo”, resume Santiago Fonseca, representante estudiantil de la Universidad Nacional en Bogotá, quien también critica que la única apuesta sólida del Ministerio de Educación es la promoción de créditos educativos a través del Icetex, lo que genera endeudamiento, inequidad y reduce a un crédito el concepto de universalidad en la educación superior.

Frente a esta realidad, el rector de la Universidad de Antioquia, John Jairo Arboleda, ha manifestado que la institución tiene “enormes problemas financieros, directamente relacionados con el desfinancimiento, por lo que se está trabajando dentro de la institución para reducir gastos”.

“Tenemos un déficit calculado, desde 2018, de $68.700 millones. El acumulado está cercano a los $113 mil millones. Ajustamos el gasto, vamos a fijar un marco fiscal que nos permita tratar de no invertir más de lo que recibimos”, explicó el rector.

Una idea similar tiene el economista y exministro Amilkar Acosta, quien en un análisis que realizó como antesala a la movilización de hoy, destaca que “está claro el descalce entre los recursos asignados por ley y los requerimientos de las 32 universidades públicas”.

El exministro, citando cifras de la Asociación Colombiana de Universidades, destaca que el número de estudiantes matriculados en pregrado pasó de 159.218 en 1993 a 611.800 en 2016, es decir, creció casi cuatro veces y la cobertura se amplió entre el 2010 y el 2016 del 37,1 % al 51,5%, lo que refleja “la necesidad de un mejor presupuesto”. “Si bien es cierto que el Gobierno Nacional y el Congreso han hecho un esfuerzo por mayores recursos, se han visto desbalanceados”.

FUENTE EL COLOMBIANO

Vacune a sus hijos antes de entrar a la guardería.

El inicio de las enfermedades infantiles tiene un poderoso lugar de origen: los salones de clase. Son muchos los padres que después de que sus hijos pasan unas cuantas semanas en las guarderías o los jardines preescolares, tienen que correr al médico para que les atienda síntomas varios: tos, fiebre, diarrea, pues al llegar a un ambiente cerrado y nuevo, donde comparte con otros niños, los virus se incuban y se esparcen. ¿Qué hace entonces?

En 1778 el médico británico Edward Jenner se dio cuenta gracias a una epidemia de viruela que llenaba a Europa de muertos que los únicos que no se enfermaban y caían en cama eran los ordeñadores, tan cercanos a las vacas, a sus ubres, a sus tetas. Así, estudió la pústula, una especie de viruela que les da a los bovinos, la procesó para tratar a un niño de ocho años que finalmente se sanó. La vacuna se logró sintetizar y se convirtió en la única medida para combatir la enfermedad.

Ahora, siglos después, un movimiento quiere invisibilizar la importancia de las vacunas, asegurando que este avance médico enferma en lugar de proteger. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), pese a que está comprobada la eficiencia de las vacunas, hoy en el mundo hay 19 millones de niños que no han recibido dicho tratamiento, lo que le ahorraría miles de millones de dólares al sistema de salud público.

La OMS llama la atención sobre la necesidad de vacunar a los niños debido al resurgimiento a nivel mundial de enfermedades causadas por bacterias resistentes, “que se debe al uso excesivo o erróneo de los antibióticos, es uno de los principales problemas para la salud pública. Las infecciones resistentes son más difíciles y costosas de tratar y los pacientes no siempre se recuperan. La vacunación de los seres humanos y animales es una forma muy eficaz de evitar las infecciones y, por ende, de reducir el uso de antibióticos”.

Iván Darío Vélez, director del Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales (Pecet) de la Universidad de Antioquia asegura que la vacuna es “uno de los avances científicos más importantes de la humanidad”, y asegura que no se pueden satanizar las vacunas por los pocos efectos adversos que se encuentran en ellas, “sería como satanizar la aviación porque se caen aviones. Este ha sido un movimiento que se ha dado desde hace ya años. En Estados Unidos hay comunidades enteras donde se prohíbe formalmente que la gente se vacune. Sí ha habido casos adversos porque en la medicina no hay nada que sea cien por ciento efectivo. Por la excepción no se puede negar la generalidad”.

Según el portal Datos Abiertos del Gobierno Nacional, el 94,6 por ciento de los niños de cinco años han sido vacunados en su totalidad, sin embargo ese 5 por ciento restante están en riesgo de adquirir una enfermedad mortal, como la meningitis, o en riesgo de incubar una bacteria, por lo que es necesario activar protocolos de vacunación a poblaciones vulnerables.

Así las cosas, hay que tener en cuenta que cuando un niño entra a la guardería o al preescolar, cuando abandona el hogar para empezar su formación académica, se expone a un mundo de bacterias y virus y las vacunas ayudarán a que supere rápidamente las enfermedades.

FUENTE EL COLOMBIANO

Hágase profesional, por ciclos.

Los caminos para obtener un título universitario son diferentes para cada persona, y esto depende de las posibilidades y prioridades de cada quien, como la necesidad de trabajar durante el proceso académico, por ejemplo.

Afortunadamente, en Medellín, existen instituciones que cuentan con formación en cadena, para que los estudiantes puedan pasar de un ciclo a otro hasta llegar a la profesionalización.

“Es posible, para un bachiller, seguir una ruta de varios pasos hasta su profesionalización, pasando por etapas que lo cualifiquen y le permitan, a través de un título, tener un desempeño productivo. Todo ello mediante una estructura de educación superior por ciclos propedéuticos”, refiere Eduard Emiro Rodríguez,vicerrector de Docencia del ITM.

El Mineducación define un ciclo propedéutico como la articulación de los eslabones en una cadena para desarrollar un proceso de formación por niveles, cada uno con competencias más complejas y menos específicas que el anterior; con propósito educativo; perfil profesional, y campo de desempeño definido.

En otras palabras, la persona tiene la opción de continuar, cuando lo decida, de un nivel a otro tras obtener el título respectivo en alguna de las etapas. Por ejemplo, puede pasar de técnico profesional a tecnólogo, o de tecnólogo a profesional.

En opinión del Vicerrector de Docencia del ITM, lo interesante de esa estructura es que la persona recibe un título para desempeñarse laboralmente y, a su vez, se forma para continuar al siguiente nivel.

Formación para el trabajo

En el ITM funcionan, específicamente, seis estructuras de programas de tecnología que conducen a la profesionalización, articuladas por ciclos propedéuticos. El estudiante tiene la libertad de continuar.

“Los programas articulados son Tecnología en análisis de costos y presupuestos e Ingeniería financiera y de negocios; Tecnología en producción e Ingeniería de producción; Tecnología en automatización electrónica e Ingeniería electrónica, y Tecnología en sistemas electromecánicos e Ingeniería electromecánica”, explica el directivo.

Los otros dos programas, Tecnología en desarrollo de software e Ingeniería de sistemas, y Tecnología en gestión de redes de telecomunicaciones e Ingeniería de telecomunicaciones, están en proceso de trámite ante el Ministerio de Educación Nacional, para renovar sus registros calificados y volver a ser ofertados.

“También tenemos otros programas académicos en los que interactuamos con otras instituciones de la ciudad, específicamente con la Institución Universitaria Pascual Bravo y la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia”, precisa Rodríguez.

Entre tanto, Juan Felipe Rendón Ochoa, director regional del Sena Antioquia, menciona que la entidad, desde 2004, realiza convenios de encadenamiento con instituciones de educación superior, para que quien haya terminado un proceso de formación pueda ingresar, no al primer día en la universidad sino con el reconocimiento de entre dos y seis semestres.

“Eso ayuda para que el proceso de formación sea más corto; haya integralidad, al tratarse de educación no solo académica sino técnica; se dé más eficiencia en el sistema y se genere mayor productividad entre los trabajadores”, indica Rendón.

En Antioquia, el Sena tiene 16 convenios con universidades, para que sus egresados pueda hacer su ciclo profesional. Los mismos se hacen por áreas y no por programas de formación, dada su gran oferta.

“Por ejemplo, en el Politécnico Gran Colombiano, los egresados de las áreas administrativas acceden directamente entre tercero y quinto semestre, dependiendo de la convalidación interna que determinen”, puntualiza el director.

FUENTE EL COLOMBIANO

Educación y transporte impulsan el IPC en Medellín.

Los resultados a julio del Índice de Precios al Consumidor (IPC) o inflación, divulgados el fin de semana por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), mostraron que ese indicador para Medellín observa una variación mayor a la del promedio nacional que se ubicó en un 2,34 %.

Para la capital antioqueña el registro fue de 2,55 %, es decir 21 centésimas por encima, impulsado por la variación que han tenido los grupos de gasto de educación (5,83 %), transporte (4,16 %) y salud (3,21 %). A su turno el ítem de alimentos acumuló un incremento del 1,02 %, mientras que vestuario marcó una dinámica negativa (-0,01 %).

Por segmentos poblacionales, el mayor impacto se aprecio en aquellos de ingresos medios y altos, en los que el IPC marcó 2,72 % y 2,68 %, respectivamente.

La cifra del IPC anualizada (agosto de 2017 a julio de 2018) para esta ciudad se ubicó en 3,25 %, mayor al promedio nacional que fue 3,12 %. Nuevamente, el desempeño alcista de los gastos en educación (6,21 %) y transporte (5,03 %) jalonaron el índice inflacionario.

Próximos meses

El dato de inflación en Colombia para el séptimo mes del año de -0,13 % contrastó con la proyección hecha por los analistas consultados por la Encuesta Mensual de Expectativas Económicas del Banco de la República que apostaron por un 0,11 %.

No obstante, para final de año proyectan un 3,37 %, nivel que está en el rango-meta definido por el Emisor entre 2 % y 4 %. En el caso de los investigadores económicos de Bancolombia la estimación es de un 3,4 %, quienes explican que el comportamiento de la tasa de cambio del dólar y su efecto en los precios de los productos importados alterarían el indicador al alza.

Igualmente, anticipan que el grupo gasto de los regulados (combustibles, servicios públicos, transporte), al igual que alguna aceleración en el precio de los alimentos por una oferta más restringida influirían en lo que resta del año en más variación del IPC.

FUENTE EL COLOMBIANO